TOYO ITO PRITZER DE ARQUITECTURA 2013

mediateca

Toyo Ito nace en Japón en 1941 y se gradúa en Arquitectura en la Universidad de Tokio creando su propio estudio en 1971. De los años setenta son una serie de viviendas como la Casa de Aluminio en Kanagawa, la Casa en Nakano, White U en Tokio o la casa Silver Hut para su residencia personal en Tokio. Para mí, dice Toyo Ito, “el diseño de una vivienda no es más que la tarea de ir caminando desesperadamente a lo largo de una brecha profunda de discrepancia, entre el arquitecto que soy yo y el cliente que me encarga el diseño y que va a ser el dueño de esa vivienda. Aquí la expresión ir caminando se debería sustituir por la palabra “llenar”, pero por el momento no existe apenas un lenguaje común capaz de llenar esta brecha”.  Una brecha entre el objeto que proyecta el arquitecto y la casa vivida que sueña su propietario. El proyecto de su casa particular  surge de forma curiosa en una reunión de 30 arquitectos, 15 americanos y 15 de otros países a la que Arata Isozaki convoca al joven Toyo Ito. Y él lleva para ser comentada por sus colegas el proyecto de su casa. Eisenmann le indicará la confusión del proyecto y cuando Toyo Ito construyó su casa y le llevó unas fotos de la casa que finalmente había realizado, al arquitecto americano este le comentó: Esto ha cambiado a mejor, ahora está mucho más claro y ordenado.

Buscador incansable de culturas y formas.

            Toyo Ito viaja por numerosos países buscando referencias y elementos para su arquitectura. En 1984 visitó Karachi buscando en la ciudad de Hyderabad  los dispositivos para captar el viento (los bad gir) pero apenas quedan restos de estas estructuras. En Emurami, en Irán encuentra una estructuras de tubo que recogen el aire del exterior lo introducen en la casa y luego lo expulsan a través de los patios. Toyo Ito imagina lo interesante que sería una arquitectura como un asceta del viento que flota en el aire, pensar en una arquitectura que no tuviera forma, ligera como el aire. Como resultado de todas estas reflexiones e indagaciones realizó en 1986 uno de sus proyectos más conocidos, la Torre de los Vientos construida en Yokohama, Kanagawa. Durante el día, la torre revestida en paneles de aluminio, refleja la ciudad a través de sus superficies reflectantes, cubriendo el centro de acero. El proyecto es de gran sencillez queriendo  reflejar la ciudad a través de sus materiales. Por la noche, la Torre de los Vientos traduce el sonido del viento en luz gracias a dos ordenadores que reaccionan a la variación del viento y a los niveles de ruido. Y como respuesta se encienden 1300 lámparas, 12 anillos de neón y 30 focos en su base. Un diálogo con la naturaleza  incorporando las modernas tecnologías de ordenadores y de iluminación. “La arquitectura que me gustaría llamar metamorfosis del viento es aquella que se acopla al cuerpo humano y cuya suavidad llena todo el conjunto arquitectónico, y que hace sentir una sensación ligera y refrescante, en lugar de ser determinado rígidamente el lugar de actividades de la gente por la costumbre sistematizada llamada arquitectura”.

            Ya en la década de los noventa construye una serie de edificios para museos como el Museo Municipal de Yatsshiro en Kumamoto, el Museo Municipal de Shimosuwa en Nagano. “En cualquier época, el anhelo de una nueva vida ha suscitado un nuevo espacio”. Su residencia municipal de ancianos de Hozyuryo “no es simplemente un receptáculo para llevar una vida en comunidad, sino una casa como la que cada uno de los residentes como nómadas desearían que fuera. Lo que se demanda es una casa en la cual pueda habitar una comunidad de espíritus que no tienen fuertes lazos que les unan al lugar”. Un edificio que Toyo ito relaciona con los proyectos de Le Courbusier para Chandigar. Un edificio con forma triangular y una gran cubierta inclinada construida con chapa sobre grandes vigas. Debajo, el gran espacio se va dividiendo con materiales diversos acotando espacios para cada uno de los usos necesarios. Un espacio que Toyo Ito dice que aunque no es tan bello como el mediterráneo tiene la belleza del crepúsculo del mar de Shiranui y un entorno natural lleno de calma. En estos años realizó también el proyecto del Parque de Bomberos de Tatushiro que compara también en su lectura de Le Courbusier con la Villa Saboya.

La mediateca de Sendai.

            En 2001 se termina una de sus obras más conocidas y emblemáticas. La mediateca de Sendai es un edificio con un programa nuevo y una respuesta diferente. El proyecto incluye una galería de arte, una  biblioteca un centro de imagen visual y un centro de servicios para gente con discapacidades visuales o auditivas. La complejidad del programa hace que se plantee un edificio abierto capaz de acoger la multiplicidad del programa actual y de evolucionar en el futuro adaptándose a las nuevas necesidades. El proyecto es el resultado de un concurso y se inicia en 1995 terminándose la obra en el año 2000. “Los edificios públicos, considerados tradicionalmente como lugares que desempeñan el papel de centros donde se reúne la gente de forma regular, o incluso las viviendas, que se han considerado como punto de retorno físico de los ciudadanos han pasado de ser puntos de destino a ser puntos de paso”.

            La mediateca de Sendai es un proyecto que nace de la unión de tres elementos: plancha de metal (suelo), tubo (columna) y piel (fachada o muro exterior). Unos núcleos estructurales formados por tubos delgados inclinados recorren el edificio desde su base hasta la coronación del edificio. Las estructuras se hacen visibles desde la fachada y sobresalen de la cubierta constituyéndose en elementos definidores del proyecto. Una fachada trasparente deja ver estos elementos que organizan como referentes el espacio interior. Las columnas de tubos tienen entre dos y nueve metros de diámetro y crean un elemento fuerte de visión interior y exterior aunque son trasparentes visualmente al estar formadas por tubos finos que se inclinan de diferente forma en cada uno de ellos. Las fachadas tanto verticales como la de cubierta son grandes pantallas.

            “El lugar donde se llevan a cabo las obras es un mundo crudo de acero. Se describe con detalle la lucha entablada contra el acero, lucha de más de un año de duración. El acero es sumamente pesado, grueso y sólido, pero al calentarse para su soldadura tuerce su cuerpo… Aquí se resume la historia del hombre que ha venido luchando contra las cosas desde que descubrió el acero… La mediateca de Sendai, dentro de mí estará siempre en curso de construcción”.

            Toyo Ito es un constante buscador de ideas, de significados de nuevas propuestas y por ello, en ocasiones comete equivocaciones, o no llega a ver sus obras completadas. Pero su trayectoria personal, el conjunto de sus trabajos son un buen modelo de la búsqueda incesante de la arquitectura, en la vida de la cultura de nuestra sociedad, en la búsqueda de las tecnologías que la hagan posible, pero sobre todo en la búsqueda de lugares para la vida del hombre y el desarrollo de la ciudad. Junto a Tadao Ado y Arata Isozaki es uno de los excelentes representantes de la arquitectura japonesa. Ahora su obra recibe el reconocimiento internacional con la concesión del premio Pritzer.