TEATRO 6. DEL SIGLO XIX AL TEATRO TOTAL DE GROPIUS

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DEL SIGLO XIX AL TEATRO TOTAL DE GROPIUS. (TEATRO 6).

Ferdinand Fellner y Hermann Helner, arquitectos más representativos en la realización de teatros durante el último cuarto del siglo XIX y principios del XX hasta la Primera Guerra Mundial, demuestran con su actividad que, a pesar de la revolución que había supuesto la obra de Bayreuth, el teatro italiano de herradura estaba lejos de morir. Diseñaron cerca de 70 teatros de los cuales cincuenta se construyeron. Su obra llega a Berlín, Odessa, Zurich, Wiesbaden, Sofía y Nueva York. En sus teatros se produce el cambio de las estructuras de madera a las metálicas a la vez que se introducen cambios en la maquinaria escénica y en los sistemas de iluminación.

            Dankmar Adler (1844-1900) arquitecto e ingeniero y socio de Louis Sullivan diseñó el teatro más importante del siglo XIX después de Bayreuth, el Teatro Auditorio de Chicago. Un teatro cuyo exterior es diseñado por Sullivan pero cuya concepción interior pertenece a Adler. Un edificio complejo que integra el teatro, un edificio de  oficinas y un hotel. El edificio de oficinas de 15 plantas tiene un gran depósito de agua para activar los pistones hidráulicos del escenario. Incorpora también su propio generador de electricidad para iluminación, ventilación mecánica y un sistema de refrigeración que usaba un sótano donde se acumulaba el hielo. Un espacio singular con capacidad para 3.000 personas que incorporaba toda una serie de adelantos técnicos peculiares por su concepción y su diseño.

El diseño del proscenio en el Oeste Europeo.

            El trabajo definitivo sobre los teatros europeos está redactado por Edwin O. Sachs a finales del siglo XIX con numerosos planos, plantas y secciones de los edificios. Un tratado que recoge los teatros neobarrocos, neorrococó y neoclásicos. En estos momentos (1898) Gustav Mahler completaba su primer año de los 10 que iba a estar como director de la Vienna Hofopernhaus, la Opera de Paris celebraba su 23 aniversario y el Festival Wagner su 22 aniversario. El teatro de Adler y Sullivan había abierto sus puertas nueve años antes y el zar Nicolás II estaba estudiando el diseño de un teatro de ópera en forma de herradura en San Petesburgo. La historia de la arquitectura de los teatros del siglo XIX al igual que la del XVII y XVIII, con algunas excepciones, es la historia de la repetición de una forma. Una solución con planta en herradura que servía para opera, drama, variedades, y con algunas excepciones como sala de conciertos. Llegarán dos grandes guerras que causarán daños irreparables en muchos de los edificios reseñados por Sach. Llegarán numerosos cambios como el cine, la radio y finalmente la televisión que cambiarán los medios de comunicación y el entretenimiento.

La solución racional a los problemas acústicos de la palabra y de la música.

Wallace Clement Sabine’s descubrió en 1898 la ecuación de la reverberación y sentó las bases de una teoría científica y una práctica de los espacios acústicos. Profesor en la Universidad de Harvard se le instó a trabajar sobre la acústica de una sala de la Universidad. Y estableció las relaciones entre volumen y la absorción y su efecto en la reverberación en espacios cerrados. Sus éxitos le llevaron a trabajar con la orquesta Sinfónica de  Boston como experto acústico para el diseño de una sala de conciertos. La Symphony Hall es el primer auditorio del mundo que se diseña con criterios de racionalidad acústica. Sabiens participó en el diseño del Little Theater de Nueva York.

Junto a estos avances técnicos que van analizando las condiciones de los espacios para la palabra y la música se producen avances en la concepción del espacio que va siendo un lugar de diferentes actividades y que requiere por ello una mayor flexibilidad en su concepto o posibilidades técnicas para introducir cambios y adaptaciones.

La ruptura: escenario y auditorio unidos en el principio del siglo XX.

            Uno de los directores más imaginativos  entre las dos guerras mundiales fue Max Reinhardt que asumió mucho de los principios enunciados por Wagner y Brandt en Bayreuth. Realizó numerosos proyectos de festivales en Berlín y Viena. En colaboración con el arquitecto Hans Poelzig realizó el diseño de la Grosses  Schauspielhaus de Berlín que remodela un antiguo circo que, a su vez, había ocupado el espacio de un antiguo mercado. Un proyecto que avanza hacia el teatro total moderno y en el que se pueden representar drama, música, danza y espectáculos varios. Un espacio con capacidad para tres mil personas, con una acústica complicada por la construcción de la cúpula y la estética expresionista de Poelzig. Otro notable experimento de Reinhardt fue el escenario abierto de Viena (1921). De este año es el proyecto de un teatro popular de Luckhardt. El Redountensaal en el Palacio Hofburg se remodeló con la instalación de un escenario abierto a la manera del teatro Sabbioneta. La tercera propuesta experimental en este momento es el escenario abierto del Vieux Colombier.

            La cúpula no ha cesado de fascinar a los arquitectos desde la época romana. Sin embargo un auditorio cubierto con cúpula es siempre la posibilidad de un fracaso acústico. En esta dirección se realizó el People’s Opera House de Paris.  Poelzig proyectó dos grandes cúpulas gigantes para un festival de teatro en Salzburgo. Un festival fundado por su director Max Reinhardt, el dramaturgo Hofmannsthal y el compositor Richard Strauss. A pesar del fracaso de Berlín, Poelzig concibe dos grandes propuestas (1919) que, por falta de recursos, no se llegaron a realizar. El festival de Salzburgo debió esperar a pasar la II Guerra Mundial cuando el arquitecto Clemens Holzmeister y el director Herbert von Karajan crearon, con la financiación del gobierno austriaco, un nuevo espacio para el festival.

Walter Gropius.

            Gropius, nacido en 1883 es hijo de un acomodado arquitecto berlinés y trabajó en el estudio de Behrens. Cuando se independiza, proyecta edificios de especial interés como la Fábrica de zapatos Fagus en 1911 y en 1914 la Fábrica modelo para la Exposición del Werkbund de Colonia. Después de la guerra mundial fundó en 1919 la Bauhaus. Su consultor en materia teatral era Erwin Piscator y probablemente su impulsor es la propia Bahuaus. Gropius considera las dos grandes formas de edificios previamente existentes: el circo en el que todos los espectadores están alrededor del espacio donde se presenta el espectáculo y el escenario griego donde los espectadores ven una escena protegida con el tiempo y separada por un telón. Con los adelantos técnicos existentes se puede cambiar esta situación y hacer partícipe al espectador de las diferentes actividades. En el teatro total (1926), el director puede cambiar la forma del espacio mediante sencillos mecanismos. La cubierta prevista en cúpula habría sido un problema grave en la acústica del edificio. Pero la propuesta de Gropius ha abierto un camino en la creación de un espacio que puede convertirse en diferentes ámbitos según el tipo de actividad del edificio.