TXP 1. SPECULATOR. TODO POR LA PRAXIS

SPECULATOR. TODO POR LA PRAXIS

                Madrid abierto comienza su actividad en la ciudad, coincidiendo con la celebración de la feria de Arte Contemporáneo (ARCO) para ofrecer una alternativa al arte comercial y aborda el arte en el medio urbano como presencia de denuncia y de impacto a todos los que podían verla. Cada año un grupo de proyectos instalados en posiciones céntricas de la ciudad presentaban propuestas de arte urbano.

                En 2008, el colectivo Todo por la praxis (integrado en su base por Diego Peris López, Rafa Turnes García y Pablo Galán Antoñanzas) plantea una instalación sobre el problema de la especulación inmobiliaria. “El colectivo se conforma por un equipo de carácter multidisciplinar con miembros procedentes de disciplinas varias como la arquitectura, el arte, el derecho, diseño y la antropología. Todo por la praxis se define como un Laboratorio de proyectos estéticos de resistencia cultural, un laboratorio que desarrolla herramientas para la intervención sobre el espacio público. Con el objetivo último de generar un catálogo de herramientas de acción directa y socialmente efectivas.

El “campo de batalla” se inscribe fundamentalmente en el espacio público desarrollando proyectos con carácter procesual y realizando acciones e intervenciones de carácter temporal. La metodología es múltiple pero se podría catalogar en cinco bloques acupuntura urbana, vacíos urbanos autogestionados o solares, equipamientos colectivos artefactos móviles y estrategias de visibilización”.

                La instalación tenía dos elementos en su desarrollo. El primero de ellos estaba situado frente a la Biblioteca Nacional en Madrid y era un gran mural realizado en tela sobre un soporte de estructura metálica. La fotografía del gran villano con traje negro y la cara cubierta por la máscara presentaba en primer plano las manos con anillos de gran tamaño. Un anillo que en cada uno de los dedos tenía una letra formando la palabra SPECULATOR. El malo de esta ocasión era el especulador, el que trataba de conseguir ganancias extraordinarias con el suelo y la construcción. Un momento de amplio desarrollo de la actividad constructora en nuestro país en el que los precios se habían disparado propiciando negocios millonarios a muchos agentes del proceso. Vendedores de suelo, constructores, promotores, agentes inmobiliarios, personas individuales que invertían para revender a precios muy superiores, en breve espacio de tiempo. Un proceso que hacía crecer la economía de forma artificial pero que nadie quería tocar porque generaba recursos, empleos y beneficios económicos.

                Una burbuja, repleta de elementos pesados, de ladrillos, inmuebles innecesarios, destrozos medioambientales que se pensaba algún día pincharía pero nadie quería saber cuándo ni cómo. Economistas, banqueros, inversores de muy diversos países ponían sus inversiones en este negocio en el que miles de personas se comprometían con hipotecas imposibles de pagar y con cantidades disparatadas. Por ello, el Speculator, visto ahora desde la perspectiva del 2013 era toda una denuncia y una visión evidente de un proceso especialmente grave que se estaba desarrollando en nuestro país. La gran foto del malvado, con sus anillos relucientes, presumiendo de su actividad sin ningún escrúpulo, frente a la Biblioteca Nacional, en el centro de Madrid, con su iluminación nocturna que le convertía en un gran reclamo publicitario era todo un símbolo de una actividad repetida en numerosos lugares de España. El hombre del puro y los anillos reflejaba esa realidad del constructor-promotor que se vanagloriaba de sus negocios, de su rentabilidad y de su forma de actuar.

                Y  junto a ello el problema de la vivienda vacía. El proceso especulativo generaba casi el triple de las viviendas necesarias y por tanto aparecían en numerosos lugares viviendas desocupadas, cuando numerosas personas no podían acceder a una vivienda digna dado el elevado precio que había adquirido el sector inmobiliario. Junto a la especulación la segregación de cintos de personas que veían imposible acceder a un hogar. Y por ello la instalación tenía otra segunda parte que se localizaba en una Galería de Liquidación Total en la calle San Vicente Ferrer, que anunciaba en sus rótulos exteriores Empty World. Planos que recorrían viviendas vacías en numerosas ciudades. Los vecinos del barrio fueron invitados a colocar las pegatinas de empty world en los pisos vacios de la zona. Se estableció una Oficina de Agencia Inmobiliaria de Vivienda vacía, en el espacio de Liquidación Total. Junto a ello se organizaron unas jornadas sobre gentrificación y especulación inmobiliaria.

                Las dos instalaciones realizaban lecturas de un problema candente en la sociedad española: la especulación inmobiliaria con la subida de precios, los procesos de degradación de la construcción, los atentados contra el medio ambiente junto a una inaccesibilidad para miles de ciudadanos de poder accede a una vivienda. Dos instalaciones que narraban la misma realidad desde dos perspectivas diferentes pero coincidentes en el objetivo. Una propuesta de intervención en el espacio público que no es una simple presencia, sino una implicación en la realidad social, en la vida cotidiana. Una presencia que quiere despertar sensibilidades, denunciar problemas y  hacerse presente desde otra sensibilidad y otra forma de entender la realidad urbana.

                El Catálogo Madrid Abierto 2004-2008 recoge el conjunto de Intervenciones de Arte público realizadas durante estos cuatro años, obras sonoras y las mesas de debate que sobre diversos temas se celebraron posteriormente en La casa Encendida. Un testimonio que deja constancia de estas actividades que desaparecen con el paso del tiempo. Speculator denunciaba ya en 2008 un proceso evidente que nadie quería reconocer y que ahora nos ha estallado a todos con consecuencias difíciles de asumir y que de nuevo están repercutiendo en los más débiles.

DIEGO PERIS SÁNCHEZ.