R6 LA CIUDAD HISTÓRICA

LA CIUDAD HISTÓRICA.

La ciudad histórica tal y como la conocemos hoy en día es el resultado de una reflexión, unida al proceso de cambio urbano que llega con la revolución industrial. Un concepto que actualmente engloba diferentes tipos de ciudades, de escala diversa y con características muy diferentes. Una realidad en la que se superponen elementos diferentes: lo residencial, lo monumental y la trama urbana como integrantes básicos del conjunto. Y una realidad que mantiene una relación singular con el medio natural próximo que conforma el paisaje y que hay que analizar en estos conjuntos urbanos. Y sobre todo una realidad viva, en la que la presencia de la actividad cotidiana de sus habitantes es un elemento esencial que mantener junto a los equipamientos y servicios necesarios.

La ciudad histórica.

La ciudad histórica es el resultado de un proceso urbano y arquitectónico, basado en una decisión política y social, que genera una realidad con importantes valores comunes que, en el momento actual, queremos mantener y enriquecer. Para hacerlo adecuadamente es necesario conocer cómo se produce lo que hoy conocemos como ciudad histórica y cuáles son los elementos que han condicionado su correcta evolución. De esta manera podremos actuar de forma adecuada en la ciudad, garantizando su mantenimiento, conservación y enriquecimiento arquitectónico y urbano.

La Ley de Patrimonio Histórico español de 1985 define el conjunto histórico como “la agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento continua o dispersa, condicionada por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana por ser testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad. Asimismo, es Conjunto Histórico cualquier núcleo individualizado de inmuebles comprendidos en una unidad superior de población que reúna esas mismas características y pueda ser claramente delimitado”. La ciudad ha sido construida a lo largo de los siglos y presentada como logro de la acción política y de gobierno en diferentes momentos. La representación de la ciudad en grabados, dibujos y diferentes sistemas de representación se realizaba y exhibía como muestra del poder. Los grabadores y dibujantes realizan las vistas de las ciudades para exhibir en los edificios representativos y dar muestra del desarrollo de la sociedad en cada momento.

Sin embargo, la ciudad como conjunto patrimonial, no ha sido valorada hasta época muy reciente. Hasta el siglo XIX los estudios de las ciudades se refieren sobre todo a los edificios singulares de las mismas y especialmente a sus referentes monumentales. Se estudian, en su evolución histórica, sus instituciones jurídicas, políticas y religiosas y sus estructuras económicas y sociales; el espacio urbano es el gran ausente. Los cambios derivados de la revolución industrial llevan a la reflexión sobre la estructura urbana y, en especial, sobre la estructura de la ciudad histórica como elemento a valorar.  En este momento, la estructura urbana que había permanecido como realidad neutra y como apoyo de las arquitecturas singulares se convierte ahora en elemento de análisis y estudio. Los urbanistas serán los primeros que considerarán la necesidad de situar la ciudad en una perspectiva histórica y estudiarla con los criterios de las configuraciones urbanas contemporáneas.

Los conjuntos históricos de Ciudad Real.

En la provincia de Ciudad Real se han reconocido legalmente los conjuntos históricos de Almagro en 1972, de Villanueva de los Infantes en 1974, de Moral de Calatrava en 1982 y de Almadén en 2008. Municipios que tienen un conjunto de valores que llevan a ese reconocimiento. Una trama urbana resultado de su desarrollo histórico, de las decisiones de sus promotores en su momento inicial, conservada y mantenida a lo largo de los siglos. Unos referentes monumentales que establecen hitos en el conjunto urbano, que definen actuaciones del poder religioso o civil a lo largo de los siglos y que han sido conservados por la comunidad como memoria de su actividad y de su vida. Monumentos restaurados, rehabilitados y modificados a lo largo del tiempo, pero que conservan sus valores esenciales a la vez que son referentes de la transformación de la ciudad y de las construcciones de sus entornos. Y junto a estos elementos una arquitectura residencial con tipologías propias de cada lugar, con definiciones constructivas y soluciones funcionales adecuadas a las condiciones del clima, a las posibilidades de materiales y al saber secular de su forma de construir.

Elementos urbanos.

Las ciudades entendidas como globalidad, como conjunto tienen una serie de elementos que definen su cualidad y que deben mantenerse de acuerdo con las reglas establecidas comunitariamente. Las calles son el primer elemento de esos espacios de propiedad colectiva que permiten el tránsito de uno a otro lugar, que dan la visión exterior con la entrada de la luz y la ventilación a cada edificio, que conforman espacios comunes de relación y comunicación. Son elementos que conforman una trama interna de la ciudad y que definen la forma de organización del conjunto.

Los edificios monumentales son referentes esenciales, edificios religiosos y civiles, testimonios de los estilos y épocas, de la evolución de la sociedad en cada momento. Edificios que conservamos orgullosos como propiedad común que nos afirma como sociedad que ha sido capaz de levantar esas construcciones. Elementos que se convierten en referentes de la ciudad y de la vida ciudadana. Y junto a ellos un parcelario, una división de la propiedad que es testimonio de los poderes de cada etapa y que condiciona la forma de los proyectos residenciales. Y así surgen tipologías de casas patio con peculiaridades en Almagro o Infantes que se asoman al exterior con sus fachadas nobles que quieren hacer ostentación del poder de sus propietarios.

Ciudades que conservar y a planificar.

Estos conjuntos históricos requieren un cuidado colectivo, un control desde las administraciones municipal y regional para conservar un conjunto urbano que nos pertenece a todos por encima de propiedades individuales. Y conjuntos que demandan planificaciones de futuro que enuncien propuestas de desarrollo que garanticen así su conservación viva como ciudades en las que, en el momento actual, sus ciudadanos encuentren los servicios necesarios, los recursos económicos que garanticen su viabilidad. Y para ello son necesarios apoyos y ayudas económicas del conjunto de la comunidad, de las diferentes administraciones conscientes de que estos recursos que queremos turísticos lo sean desde la calidad de su mantenimiento y conservación y sobre todo desde la vida cotidiana. Una ayuda que junto a la recuperación de lo monumental debe tener como objetivo básico el mantenimiento, conservación y mejora de lo residencial porque la permanencia de sus habitantes es la mejor garantía de su conservación. La ciudad histórica es un valor de la comunidad, no sólo de los que allí residen, que tenemos la obligación de mantener, conservar y enriquecer como colectividad.