PRESAS Y EMBALSES PI 20
PRESAS Y CENTRALES ELÉCTRICAS.
El patrimonio industrial va haciéndose lugar en los estudios sobre el patrimonio histórico como parte importante del mismo. Diferentes estudios van realizando acercamientos a este patrimonio que tiene un amplio campo de desarrollo, desde los edificios para la producción de diferentes productos a las instalaciones para la producción de energía, las comunicaciones y los transportes. Actuaciones que tienen una gran incidencia en el territorio y que conforman los paisajes industriales. En esta última semana se presentaba en la Escuela de Arquitectura de Madrid una tesis sobre las presas y centrales hidroeléctricas españolas realizadas en el siglo XX con la participación de arquitectos conocidos, elaborada por el arquitecto Javier Molina Sánchez.
El patrimonio industrial y el paisaje.
Si la presencia de las instalaciones industriales conforma nuevos paisajes, las presas y las centrales hidroeléctricas asociadas a las mismas han supuesto una transformación esencial del paisaje en el siglo XX. Las grandes superficies de los embalses y el importante número de ellos que se construyen en nuestro país, en este siglo, suponen un cambio esencial en el paisaje de muchos lugares. Grandes superficies de agua que aprovechan las condiciones orográficas necesarias para conformar una cantidad importante de agua que almacenada en temporadas de lluvia, permite la producción de energía a lo largo de todo el año a la vez que permiten soluciones de riego o abastecimiento.
Las presas para el almacenamiento de agua con diferentes técnicas se han construido desde época romana. Los conocimientos técnicos van evolucionando y cambiando a lo largo de los siglos. Pero será a finales del siglo XIX y principios del XX con la posibilidad del uso de materiales como el hormigón armado junto a la producción de energía eléctrica las que cambiarán sustancialmente estas instalaciones. Las grandes presas con saltos de altura considerable requieren proyectos de ingeniería de gran interés por los esfuerzos necesarios, las dimensiones y la peculiaridad de la obra, relacionada de forma íntima con la geología y la geografía del lugar. Y surgen así proyectos de especial calidad en su diseño y en su forma de implantarse en el lugar.
Y junto a las presas, la producción de energía eléctrica requiere la construcción de edificios donde se alberga la maquinaria y los controles técnicos necesarios para la producción y posterior exportación de la energía a través de la red. Será cuando se descubra que un elevado potencial permite cubrir distancias con menores pérdidas de energía cuando surja el gran desarrollo de estas centrales. Y así España llegará, en un momento determinado, a producir casi el ochenta por ciento de sus necesidades energéticas desde la energía hidráulica.
Ingenieros y arquitectos.
Desde el origen de los grandes proyectos de aprovechamiento para electricidad de las presas ha sido frecuente la colaboración entre ingenieros y arquitectos con la construcción de edificios singulares en muchos casos.
Antonio Palacios, entre el clasicismo y la modernidad, proyectará las centrales de Mengíbar y Tambre. En la cuenca del Guadalquivir la presencia de Casto Fernández Shaw representa un caso singular de especial interés. La exposición de 1998 sobre su obra, realizada en Madrid, se titulaba Inventor de arquitecturas y se decía que en él se integraban las facetas de inventor, ingeniero, constructor de sueños, arquitecto visionario y diseñador romántico. Un arquitecto que entre 1918 y 1925 diseñaba la central de la presa del Carpio con criterios historicistas. Pero su obra singular es sin duda la central del salto del Jándula que se esconde en las curvas de las superficies onduladas de la presa. Una solución singular que esconde el edificio entre los pliegues revestidos de piedra. En esos años realizaba su proyecto del faro de Colón obra con claras huellas expresionistas que abrían sus ideas futuristas. Realizará también las centrales de Alcalá del Rio y la del Encinarejo.
En la cuenca del norte de España uno de los proyectos singulares es el emprendido por Vaquero Palacios con la colaboración de Vaquero Turcios como artista. Las centrales hidroeléctricas se convierten en espacios singulares con los grandes murales que revisten las paredes de su interior. Y así realiza los proyectos de Grandas de Saline, Miranda, Proaza, Tanes y algunos centros de transformación para la Sociedad Popular Ovetense. La central de Proaza realizada entre 1964 y 1965 en el valle del rio Trubia es una escultura realizada en hormigón que trata con diferentes acabados en diversas zonas del edificio. En esa zona del Norte de España otro arquitecto, Ignacio Álvarez Castelao proyecta la central de Arenas de Cabrales, el Silvón en la presa de Doiras, la central de Arbón, la de Aguilar de Campóo y la de Aguayo en Cantabria que ahora proyecta mejorar sus instalaciones para convertirse en la segunda central, por potencia producida, del país.
Instalaciones que, sobre todo, en las primeras décadas del siglo XX requieren una importante mano de obra que crea sus poblados residenciales junto a las obras a realizar. Y así en la presa del Jándula se sabe que llegaron a trabajar cerca de 3.000 personas que construyen una ciudad que es su residencia en los años que duran las obras de la presa y la central. Espacios residenciales que perviven, en parte, en algunas centrales.
Paisajes del agua.
Las presas tienen una incidencia esencial en el paisaje y forman parte del proyecto de transformación del mismo. Las grandes superficies de los embalses, las geometrías contundentes de las presas y la presencia de las centrales hidroeléctrica a las que se unen, en ocasiones los pasos de carreteras y comunicaciones conforman hitos importantes en el recorrido de muchos de nuestros ríos.
La central Ip proyectada por Fisac en Canfranc busca por ello la utilización de materiales de la arquitectura popular en sus paramentos aunque recurre a un lenguaje actual en su cubierta y en las formas de la sección del edificio. Las fotografías de época con el entorno natural en el que se sitúa dan una muestra de esta combinación de elementos que busca una integración en el entorno natural.
Los grandes embalses con su extensa superficie de agua, su relación con la geología y sus presas de ingeniería se completan en estos años con los pasos, sobre sus superficies, de puentes y vías de comunicación. En el embalse de Contreras los puentes de principios del siglo conviven ahora con el viaducto diseñado por Manterola para el paso del AVE en un cruce de redes de comunicación que conforman una nueva imagen. Un patrimonio industrial en el que, de manera singular, se aúnan la arquitectura, la ingeniería y el medio natural conformando los paisajes del agua y la energía.