NIEMEYER. LA CURVA Y EL COMPROMISO POLÍTICO

 

        Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho nació en diciembre de 1907 en Río de Janeiro, en el barrio de Laranjeiras. Su primer trabajo es el de ayudante en el taller de tipografía de su padre. Ingresó en la Escuela de Bellas Artes donde se graduó como ingeniero arquitecto en 1934. Para desarrollar su profesión y continuar con su aprendizaje decidió trabajar gratis en el estudio del arquitecto Lucio Costa y Carlos Leão. En 1940 al alcalde de la ciudad de Belo Horizonte, Juscelino Kubitschek le encargó el proyecto de una iglesia y un casino a orillas del Lago de Pampulha, construida en homenaje a San Francisco. El casino fue transformado años después en el Museo de Pampulha, dedicado a la difusión del arte contemporáneo. Un proyecto que le daría reconocimiento en su país.

            En 1945, se unió al Partido Comunista de Brasil donde militó de forma entusiasta. Fidel Castro decía de él: «Niemeyer y yo somos los últimos comunistas de este planeta». Participó también con Le Corbusier en el  proyecto del edificio principal de las Naciones Unidas en Nueva York en 1952. En 1954 realizó el proyecto de la Casa Niemeyer en la localidad de Pedro del Río en Río de Janeiro que le daría prestigio nacional revolucionando la arquitectura brasileña en los años 60.

Brasilia.

                Uno de sus proyectos más emblemáticos y conocidos es el de la nueva capital de su país, Brasilia, desarrollado en los años sesenta. “No es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein”.

                En 1956 el urbanista Lucio Costa ganó el concurso de proyectos para la nueva ciudad capital en el centro del país, que sería Brasilia, y por voluntad del presidente Kubitschek, Oscar Niemeyer comienza a trabajar en el proyecto asumiendo el desarrollo de los de edificios públicos más representativos. En pocos meses, Niemeyer proyectó varios edificios residenciales, comerciales y administrativos. La residencia del Presidente (Palácio da Alvorada); el Congreso Nacional (la Cámara de los Diputados y el Senado Federal); la Catedral de Brasilia; el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores; la sede del Tribunal Federal supremo; los edificios de los ministerios, y la sede del gobierno, el Palacio del Planalto. La nueva ciudad  fue diseñada, construida e inaugurada durante el plazo de un mandato presidencial, cuatro años, inaugurada el 21 de abril de 1960 y es un ejercicio de la nueva monumentalidad con  los modelos de las vanguardias figurativas.

                En 1962, Niemeyer recibió el encargo de organizar la Facultad de Arquitectura en la recién creada Universidad de Brasilia (UnB). En 1963 gana el Premio Lenin de la Paz. En 1964 viaja a Israel por motivos de trabajo y en su regreso encuentra un Brasil completamente diferente. En marzo es presidente João Goulart, que asumió el poder después de la renuncia del presidente electo, Jânio Quadros, derrocado por un golpe militar.

 Exilio y nuevos proyectos

                En la dictadura militar de Brasil su estudio fue invadido por sorpresa, sus proyectos comienzan a ser misteriosamente rechazados y pierde su clientela. En 1965, doscientos profesores, entre ellos Niemeyer, presentan su dimisión en la Universidad de Brasilia, como protesta contra la política universitaria. Ese mismo año viaja a Francia, para una exposición sobre su obra que se presenta en el Museo de Louvre. El Ministro de Aeronáutica de Brasil dice sobre él, que «el lugar para un arquitecto comunista es Moscú». Niemeyer se vio obligado a abandonar su país y fija su residencia en París, en 1966. En Europa inicia una nueva fase de su vida y obra. Abre una oficina en los Campos Elíseos, y consigue clientes en diversos países. En Argelia diseña la Universidad de Constantina y en 1970, la mezquita de Argel. En Francia crea la sede del Partido Comunista Francés, el Place du Colonel Fabien, y en Italia la sede de la Editora Mondadori. En Portugal realiza una obra en la ciudad de Funchal, el Pestana Casino Park.

                Niemeyer fue constante en su responsabilidad política, no en una adhesión partidista, sino en su entendimiento del papel que tiene que desarrollar la arquitectura y el urbanismo en las nuevas ciudades. La ciudad, su configuración y su forma son responsabilidades políticas que deben atender a las necesidades más cercanas y, al mismo tiempo, a los deseos más utópicos. La muerte de Oscar Niemeyer, a sus 104 años, nos compromete con  los principios éticos y políticos de la arquitectura del movimiento moderno.

De los años ochenta hasta su fallecimiento

                Después del final de la dictadura en los años ochenta, Niemeyer vuelve a Brasil. Él mismo define esta época como el inicio de la última fase de su vida. En este período Niemeyer hizo el Memorial JK, en Brasilia (1980), el edificio-sede de la Red de Televisión Manchete (1983), los CIEPs (centros integrados de educación pública) y los sambódromos de las ciudades de Río de Janeiro (1984) y de São Paulo (1991), el Panteón de la Patria, en Brasilia (1985) y el Memorial de América Latina (1987), en São Paulo. Este último, una escultura representa una mano herida como un Cristo, de cuya llaga sangra América Latina.

                Nuevas obras en Niteroi, en Curitiba o en España donde construyó el Centro Cultural que lleva su nombre. El 30 de marzo de 2006 se inauguraba, en la región del sur de la ciudad de Goiânia, GO, (Brasil), el Centro Cultural Oscar Niemeyer (también conocido como CCON y NIE). El 15 de diciembre de 2006, con casi 50 años de atraso, fue inaugurado el Museo Nacional Honestino Guimarães y la Biblioteca Nacional Leonel de Moura Brizola, que forman juntos, el mayor centro cultural de Brasil, denominado Complejo Cultural de la República, ubicado en la Explanada de los Ministerios en Brasilia. El Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, ubicado en Avilés, (también conocido como «Centro Niemeyer» tiene su impronta personal, una estética que es resumen de la mejor arquitectura del brasileño. El propio arquitecto lo describió como «una gran plaza abierta a todos los hombres y mujeres del mundo, un gran palco de teatro sobre la ría y la ciudad vieja. Un lugar para la educación, la cultura y la paz».

                Niemeyer cumplió 100 años en 2007, todavía en activo, perfectamente lúcido, e involucrado en diversos proyectos, principalmente esculturas y ajustes de algunas de sus obras antiguas, que están protegidas como patrimonio nacional o internacional, y por lo tanto, sólo pueden ser modificadas con la autorización del autor. En 2008, presentó el proyecto Puerto de la Música, que se realizará en Rosario (Argentina) en el parque Urquiza, cercano al Monumento a la Bandera.

                La arquitectura de Niemeyer es una obra llena de vitalidad y energía, de movimiento, de búsqueda de la belleza y de compromiso con el servicio público que los edificios y sobre todo la ordenación urbana deben cumplir.