MUSICA EN LA CATEDRAL

La iglesia católica ha desarrollado una actividad musical intensa para acompañar sus celebraciones religiosas litúrgicas. Y junto a ello numerosos compositores han realizado obras de música religiosa para las celebraciones o bien simplemente utilizando motivos religiosos como objeto de estas.

Y así a lo largo de los siglos se han realizado composiciones de especial calidad que quedan como testimonios de la cultura musical de diferentes períodos. La sencillez del canto gregoriano con sus peculiares características de composición y una forma singular de acompañamiento de las celebraciones litúrgicas, de la eucaristía, de las horas conventuales y de oficios de diferentes momentos de la vida ha producido obras de una calidad excepcional. Composiciones especiales para momentos también especiales como los oficios de Semana Santa o el canto pascual.

La música y sus espacios.

La música necesita un ámbito en el que se escucha. Es una actividad que pide la atención de todos nuestros sentidos. El oído va a recibir las melodías, los ritmos y los tonos de su composición. Pero el ambiente en el que lo escuchamos es también esencial en esa percepción. La música afecta a nuestra vista y por ello la música en directo añade un plus esencial a esa sensación. Afecta también a nuestra sensibilidad háptica conformando así una sensación global. Cada música requiere espacios adecuados para disfrutar de ella. Espacios que pueden ser diversos pero que añaden algo esencial a la escucha de la composición.

Composiciones de la etapa de la música barroca como las de Antonio VivaldiJohann Sebastian Bach  George Frederic Handel requieren espacios singulares ya sean los religiosos como las grandes catedrales o los grandes auditorios con cualidades no sólo acústicas sino espaciales singulares. Varios compositores han escrito composiciones de la música instrumental cristiana, con un repertorio de órgano conocido como Olivier Messiaen, Louis Vierne, Maurice Duruflé, y Jean Langlais. Composiciones que requieren ese ámbito especial que acoge su sonoridad y su ambiente.

La música contemporánea tiene aportaciones como las de Gorecki con su sinfonía nº 3, Arvo Pärt con su Litany, Penderecki con el Sueño de Jacob o su Dies Irae. Composiciones de especial sensibilidad y patetismo que resuenan en nuestro interior en lugares que asociamos a sus contenidos y a sus sugerencias.

Nuevas músicas.

La música que ha adoptado ciertos sectores religiosos plantea el uso de estilos musicales considerados seculares como el rock, pop, jazz, rap, blues, hip-hop, reggae, punk, música country y western. Estilos y formas que vemos en muchos países americanos y a los que se incorporan en diferentes culturas las músicas tradicionales locales como el merengue, la salsa, la cumbia, el reggaetón, la bachata y otros muchos. Un intento de incorporar elementos tradicionales a las celebraciones religiosas con referencias musicales de la vida cotidiana. Y así, poco a poco, se han incorporado a las celebraciones religiosas aportaciones musicales de muy desigual calidad y sentido.

Celebraciones y referencias musicales diferentes en culturas y formas sociales diversas que se entienden de manera distinta según las visiones de la vida religiosa de las diferentes comunidades. Y celebraciones de calidad muy desigual con aportaciones positivas y otras de nula o escaso interés como composición artística.

Iglesias abiertas a las celebraciones musicales.

Las iglesias y, en general, los espacios religiosos con sus características arquitectónicas singulares son espacios en los que la música encuentra unas condiciones singulares, por sus condiciones acústicas y por el simbolismo del espacio. Muchos espacios religiosos se han abierto a las celebraciones musicales como una forma de abrirse a la sociedad, como ámbitos de reunión y celebración, aunque no sea estrictamente litúrgica. En muchos países europeos hay una tradición ya consolidada de celebraciones musicales en determinadas fechas con resultados claramente positivos para la propia iglesia y para la comunidad.

En Castilla-La Mancha, cuando la Junta de Comunidades organizaba grandes conciertos, tuvimos ocasión de asistir a celebraciones especiales con grandes orquestas sinfónicas en espacios emblemáticos religiosos que añadían un valor más a la celebración cultural. Una forma de hacer que el espacio religioso se acerque a la comunidad y se entienda como espacio que, además de cumplir su función esencial litúrgica, se integra en la vida cultural de la sociedad. Y un ámbito que puede y debe estar abierto a la actividad musical plural, no estrictamente religiosa en determinadas ocasiones. Pero entendiendo que ese espacio religioso tiene un sentido especial para la comunidad que celebra allí su actividad litúrgica como elemento esencial del mismo. Y por ello pidiendo el respeto que desde una forma de pensar determinada se reclama desde sus convicciones.

Sala capitular.

La sala capitular de la catedral de Toledo es un espacio arquitectónico singular del conjunto catedralicio. Creado en tiempos del cardenal Cisneros cuando decide dedicar la primitiva sala a capilla mozárabe surge como un añadido al espacio catedralicio, diseñado con una especial calidad en todos sus elementos: pinturas de los paramentos, pavimentos y artesonado especialmente rico. Todo ello configura un espacio, ligeramente apartado de la zona de celebraciones, pero que forma parte del conjunto catedralicio.

La cesión de este espacio para la grabación de un video de un grupo musical para promocionar su actividad constituye un error, probablemente por desconocimiento de la actividad que se iba a desarrollar o por el interés excesivo del incentivo económico propuesto. La primera consecuencia de ello es el cese del deán responsable de la autorización. Sería bueno que en otros ámbitos de la vida social y política un error llevase a dimisiones tan aceleradas como esta.

Pero hay dos reflexiones diferentes: no todo espacio es adecuado para cualquier actividad y sería fácil poner ejemplos de ámbitos en los que no propondríamos determinadas actividades. Pero junto a ello también son buenas otras reflexiones: La sociedad española sigue teniendo excesos respecto de la religiosidad. Grupos de personas aferradas a una tradición que se sienten ofendidos ante cualquier afirmación antirreligiosa y que organizan sus manifestaciones contrarias o reacciones incluso legales. No sólo no contribuyen a resolver el tema, sino que dan argumentos a aquellos que utilizan su actividad como provocación. Porque junto a aquellos con una visión conservadora y anticuada de la religiosidad también siguen existiendo en nuestro país grupos de personas con pensamientos anticlericales basados en una dosis de ignorancia de la religiosidad y de sus implicaciones sociales. Para muchos de ellos la provocación es un sistema de publicidad y de notoriedad que no tendrían por otros caminos.

Sería bueno que Gorecki y Penderecki puedan sonar en las fábricas o que Philip Glass o la música sinfónica contemporánea resonase en nuestras catedrales con el respecto de la calidad de los espacios que los acogen, con una capacidad de dialogar, de expresar las opiniones sin la voluntad de herir al que piensa diferente, sino simplemente con el deseo de expresarlas libremente y poder confrontarlas con aquellos que piensan de otra manera y a los que respetamos por ello.