MIGUEL FISAC. HUESOS Y PIELES

HUESOS Y PIELES. DIEGO PERIS SÁNCHEZ. JAVIER NAVARRO GALLEGO. PEPA SÁNCHEZ VERDÚ

El Colegio Oficial de Arquitectos  ha publicado el libro Miguel Fisac: Huesos y Pieles. Un título que alude a dos soluciones constructivas que se convierten en elementos identificativos de la obra de Fisac en la década de los sesenta y los setenta. Elementos constructivos para la cubierta o la fachada, pero que además resuelven necesidades de la construcción y definen una imagen formal. Y elementos que se van a convertir en definidores de la imagen de la obra de Fisac.

Las marquesinas.

Fisac, está utilizando el hormigón de forma intensa en diferentes proyectos, pero tiene la necesidad de resolver problemas estructurales que tradicionalmente no lo han sido. Su preocupación inicial de gran sencillez surge con la necesidad de realizar una marquesina de más de 3 metros de vuelo que la losa de hormigón no soporta. Y para ello pliega la forma mejorando la rigidez y alcanzando esas luces con piezas delgadas. Así realiza el acceso a los despachos de Made y cuando construye los laboratorios de la empresa en 1960, integrados por bloques diferentes realiza voladizos que protegen de la lluvia y el sol para los pasos con las piezas de hormigón que ha diseñado. Las formas no sólo resuelven estructuralmente el problema, sino que con su forma evacuan el agua que se puede acumular en su superficie y definen una forma atractiva.

Cuando la solución se requiere para cubrir la planta de los edificios el diseño es una pieza hueca que resiste grandes luces y que se diseña cuidadosamente para resolver los problemas de la cubierta: recogida del agua, aislamiento térmico e imagen exterior e interior del edificio. Y para ello va a utilizar los hormigones pretensados.

El Centro de Estudios Hidrográficos.

El proyecto más brillante de Fisac con la utilización de estas piezas es el Centro de Estudios Hidrográficos de Madrid construido entre 1960 y 1963. La solución se hace más compleja por las grandes luces a cubrir y por ello diseña unas piezas que se unen para crear la viga de cubierta. La unión entre ellas necesita la introducción de cables y un postensado posterior para lo que cuenta con la colaboración del ingeniero Barredo. Una solución que cumple los objetivos propuestos y que se convierte en definición del espacio interior de la nave de modelos.

Las piezas que él denomina huesos por su semejanza con los huesos de los animales son especialmente útiles en espacios con luces menores que permiten la construcción de estas con un sistema de pretensado. Y con esa solución va a construir edificios escolares en Valladolid, Valencia o Santiago de Compostela.

En 1968 realiza uno de sus proyectos religiosos más importantes; la iglesia de santa Ana de Moratalaz en la que el hormigón se convierte en protagonista del techo y en todos los paramentos laterales que se curvan en una planta adaptada ya a las directrices conciliares. Una solución que utiliza en viviendas y edificios fabriles con su experiencia empresarial en las fábricas de cutidos catalanas. Con el paso de los años, las posibilidades técnicas evolucionan y le permiten ampliar las dimensiones de forma considerable. En el polideportivo de la Alhóndiga de Getafe de 2010 llega a cubrir con las vigas pretensadas una luz de 47 metros. Cerca de 30 edificios en los que la presencia de sus huesos se convierte en protagonismo de sus proyectos en una década.

Los hormigones flexibles.

Fisac ha estado utilizando el hormigón en estructuras como los huesos y también en las fachadas de los edificios. Hormigones brutalistas como en el Centro de Documentación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, los laboratorios Made o el edificio Vega marcan una etapa inicial con el uso de los hormigones con encofrados tradicionales, en fachadas. Y en un momento determinado plantea una reflexión: ¿Cómo hacer que el carácter plástico del hormigón cuando se echa en el molde se siga manifestando? Y en el edificio de la Mutualidad del papel y artes gráficas (1969) experimenta en la ejecución de la obra con un sistema con un soporte plástico y una armadura interior que deja, cuando se endurece, una superficie lisa y brillante. Una superficie que conserva la huella genética del hormigón.

Y, a partir de ese proyecto, su preocupación deja de ser estructural para insistir en todas sus obras en la piel con los hormigones flexibles. Soluciones en las que experimenta con diferentes encofrados con líneas verticales abultadas, tratamientos más sutiles en otros casos y en ocasiones con dibujos alusivos al contenido del edificio. El año 1970 realiza un proyecto de un gran hotel en el que los hormigones flexibles blancos son definidores de la fachada del edificio que tiene una gran presencia en el paisaje próximo.

Experimentos en su estudio y en su tierra.

Cuando decide construir su nuevo estudio de arquitectura en 1971 en el Cerro del Aire, junto a su casa, experimenta con todas sus técnicas de hormigones flexibles y de huesos en la estructura de cubierta y fachadas. Un experimento que confiesa resulta demasiado complejo y caro. En 1973 realiza un edificio para la editorial Dólar en la que usa los encofrados flexibles con formas abultadas que dan una forma especial al edificio en toda su superficie con una presencia tal vez excesiva.

En Ciudad Real tenemos dos obras de los años 1977 y 1978, las viviendas en el Parterre de Daimiel y su vivienda en Almagro. En Daimiel en un grupo de viviendas en la zona del Parterre, los hormigones flexibles cubren toda la fachada con formas que se giran en la esquina del edificio para acentuar, aún más, el movimiento y la fuerza de la solución empleada. En su casa de Almagro, una construcción tradicional rehabilitada, utiliza un paño de hormigón con formas abultadas en uno de los laterales del gran portón de acceso estableciendo así un acento singular en la arquitectura tradicional del conjunto. En la ermita de san Pedro de Almagro introducirá sus hormigones en elementos puntuales de la entrada. Y el año 2003 cuando realice una de sus últimas obras en Castilblanco de los Arroyos para un centro cultural las formas ranuradas blancas siguen siendo elemento esencial en la configuración del edificio.

El libro Miguel Fisac: Huesos y pieles recorre detalladamente todos los proyectos de Fisac en los que utiliza estos sistemas constructivos. Un recorrido sugerente y fundamental para conocer muchas obras de Miguel Fisac. 29 proyectos en los que el uso de los huesos es parte fundamental de su configuración y otros 25 con el uso de las pieles de hormigones flexibles integran el libro con abundante planos, fotografías y análisis críticos. Una aportación que se suma a los cinco volúmenes ya publicados en años anteriores por el Colegio de Arquitectos que van conformando una colección esencial para conocer la obra de Fisac. El libro diseñado y maquetado por Serendipia tiene la calidad de una obra cuidada y presentada con la calidad necesaria en todos sus contenidos. Un buen recorrido para conocer en profundidad la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX.