IH 30 TRACKS- HUELLAS
La UNESCO reconoce el valor de determinados bienes culturales de especial relevancia con la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Edificios, ciudades, bienes inmateriales y diferentes realidades reciben ese reconocimiento que reconoce el valor que globalmente se atribuye a esa realidad. En Castilla-La Mancha ciudades como Toledo y Cuenca tienen ese reconocimiento.
El patrimonio industrial como patrimonio de la humanidad.
Las culturas y la memoria del trabajo son testimonio y reflejo de la vida de las personas, de su actividad, expresadas también en un patrimonio inmaterial e intangible. Edificios, instalaciones, maquinaria, conocimientos, archivos documentales y fotográficos conforman la memoria del trabajo que, en las últimas décadas, hemos aprendido a valorar como parte de nuestra cultura. Y algunas de esas realidades culturales afortunadamente han sido reconocidas como patrimonio de la humanidad.
Para documentar esa realidad la asociación INCUNA (Industria, Cultura y Naturaleza) se propuso realizar una exposición de los elementos del patrimonio industrial reconocidos por la UNESCO. 190 fotógrafos respondieron a la propuesta de TRACKS (MEMORY) para proyectar e informar de los valores históricos, artísticos, tecnológicos e identitarios de ese patrimonio para conformar una exposición con sitios icónicos de la memoria industrial en el mundo. Monumentos y paisajes del patrimonio industrial que tienen un especial significado, con temáticas diversas y diferente localización geográfica en el mundo. La memoria industrial a través de sus hitos en el paisaje, donde priman criterios que destaca la UNESCO: singularidad, autenticidad histórica e integridad.
Referentes que, abandonado su uso original, han sido objeto de rehabilitaciones y reformas importantes. La mina de sal de Wielizcka en Polonia, fue uno de los doce sitios que figuraban en la lista de la UNESCO en 1978, y a partir de ese año se han ido incorporando elementos, monumentos, conjuntos o paisajes relacionados con el patrimonio industrial, que reflejan el papel excepcional de estos testigos de nuestra historia contemporánea que han alcanzado un reconocimiento universal. La exposición Track recoge una documentación fotográfica con una explicación de textos de cada uno de los elementos.
El trasbordador de Alberto del Palacio.
De España hay dos elementos industriales declarados patrimonio de la humanidad. El primero de ellos es el trasbordador de Bilbao diseñado por el arquitecto español Alberto de Palacio Elissague que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006. Alberto de Palacio y Elissague (1856-1939) proyectó su puente de Vizcaya, tendido entre Portugalete y Las Arenas, como monumental entrada a la ría desde el Abra donde ya estaba en construcción el puerto exterior. Este puente, inaugurado en 1893, fue el primer puente transbordador del mundo. Alberto de Palacio patentó su invención en 1888, antes del que por error se ha considerado durante mucho tiempo como prototipo, es decir, al conocido puente transbordador de Marsella proyectado por Arnodin (1904), cuando el del Rouen es incluso anterior en el tiempo (1898).
El de Vizcaya es un puente colgante de ciento sesenta metros de luz sobre cuyo tablero, a cuarenta y cinco metros sobre el nivel de las aguas, para permitir el paso de los barcos de alto mástil y sostenido por dos torres de celosía de sesenta y un metros de altura, corren dos raíles sobre los que se desplaza un tren de rodillos del que pende el transbordador o barquilla que es la que traslada a las gentes, animales y enseres de una orilla a otra. Por ello se llama puente transbordador nombre que se impuso sobre el inicial de puente Palacio.
El trasbordador de Bilbao fue volado el 16 de junio de 1937 por el ejército republicano para frenar el avance de las tropas de Franco. La reconstrucción se realizó con una excelente intervención del ingeniero José de Juan-Aracil, quien mantuvo la imagen y función del puente e introdujo las mejoras necesarias que hicieron posible su conservación. La modificación más importante fue el cambio de la antigua viga horizontal armada con cruces de San Andrés por una viga del sistema Warren con un canto de tres metros sobre los dos que tenía la anterior, roblonando todas las uniones como en la primera versión de Palacio. Se suprimieron también los tirantes inclinados u obenques, dejando sólo las péndolas verticales.
Almaden e Idria.
Almadén e Idria poseen un patrimonio industrial resultado de la explotación del cinabrio para obtener el mercurio de especial interés. La conservación de este importante patrimonio industrial, las relaciones económicas, culturales y sociales que genera, en determinados momentos, y los valores urbanísticos, arquitectónicos y medioambientales llevan al reconocimiento de la ciudad como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico en 2008 y posteriormente, en 2012, a su reconocimiento, por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad junto a la ciudad de Idria. Un reconocimiento especialmente importante por lo que supone de valor del conjunto, de sus esfuerzos por su conservación y sobre todo del interés del patrimonio industrial minero. Las minas de Almadén están unidas a la ciudad por múltiples razones. En primer lugar, porque la población vivía del trabajo de las minas y, por otra parte, porque la realidad física de la ciudad se ha estructurado teniendo como punto de partida la ubicación de la mina y las infraestructuras que se han creado, dependientes de esta.
Junto a la estructura minera e industrial han ido surgiendo una serie de construcciones e infraestructuras para servicio de las personas que trabajan en el conjunto. Cerca del recinto de san Teodoro estaban las Casas de la Superintendencia máxima autoridad local de las Minas y la Casa Academia o escuela de minería. En el otro extremo de la población se encontraba la Real Factoría. En esta zona estaban también las casas del hospital un conjunto de 24 viviendas para trabajadores forasteros dispuestas en forma de polígono hexagonal cuyo perímetro delimitaba la plaza de toros. Las minas tenían también un presidio, la Real Cárcel de Forzados, próxima al Hospital donde estaban los galeotes condenados a trabajar en Almadén.
El paisaje de Almadén es un paisaje rico y complejo. Es en primer lugar el paisaje de las minas, un paisaje interior de excavaciones de galerías y túneles que busca el cinabrio para extraerlo a la superficie. Un paisaje oculto que va dejando referencias en la superficie de los puntos de acceso, de las comunicaciones del interior con la explotación posterior del mineral, con su beneficio. Almadén es el paisaje urbano de una ciudad que ha surgido de los valores de la mina y es también el paisaje de un territorio de una gran belleza. Su ubicación y localización en el medio natural y las condiciones topográficas, geológicas y de desarrollo vegetal y animal del entorno superan ampliamente sus usos mineros para definir la realidad de un paisaje en el que la minería se encuadra en un entorno natural que ahora se valora de forma singular.
La exposición Track que incluye estos dos elementos españoles se ha montado con una especial calidad y sencillez para poder trasportarse y llegar a otros lugares. Estaría bien poder presentarla en Puertollano o Almadén como aprecio de nuestro patrimonio industrial y conocimiento del patrimonio industrial de otros lugares.