B7 GRANDES BODEGAS (BODEGAS CLM7)

398 FELIX SOLIS GRANDE

GRANDES BODEGAS

            La producción del vino de calidad se ha asociado tradicionalmente a la producción artesanal que cuida el producto y su elaboración de forma minuciosa. Pero la producción a una mayor escala ha introducido cambios importantes en su elaboración. Junto a ello, los conocimientos técnicos y los nuevos sistemas de almacenamiento y tratamiento final del producto han modificado sustancialmente esta realidad. La elaboración del vino, en la actualidad, en muchas bodegas, está más cercana a la realidad industrial que a la artesanal.

            Un ejemplo de esta nueva estructura bodeguera lo tenemos en Valdepeñas. La escala de producción industrial junto a las nuevas tecnologías y a las nuevas demandas de la distribución han hecho que, grandes bodegas, se instalen en el eje de la carretera general de Andalucía lo que representa, por un lado la posibilidad de disponer de grandes espacios para una instalación con nuevos requerimientos tecnológicos y por otra la proximidad a la gran vía de transporte. Han surgido así grandes bodegas como Señorío de los Llanos, Félix Solís, Bodegas Espinosa y Navarro López Reservas que son buenos testimonios de la realidad industrial de las bodegas de Castilla-la Mancha.

La bodega de Félix Solís.

            La familia Solís decide instalarse en la zona de Valdepeñas desde principios del siglo XIX. Ya  a principios del  siglo XIX,  los antecesores  del  fundador transportaban y negociaban con vino en la provincia. Fue en los años 50, con sus hijos cargados en un camión de cubas (literalmente), cuando el fundador, Félix Solís Fernández, natural de Villanueva de los Infantes, se traslada a Valdepeñas, donde adquiere una bodega, “la casa del huerto del cura”, llamada “Bataneros” por encontrarse en el barrio donde se desarrollaba dicho oficio, casona solariega del siglo XVII con una bodega de tinajas de barro.

Con la instauración de la Denominación de Origen Valdepeñas, y ante la necesidad requerida de embotellar en origen, la familia Solís traslada el negocio a Valdepeñas. En la casa del Huerto del Cura se instaló la primera embotelladora, con capacidad para embotellar 1.500 botellas a la hora. Es entonces cuando comienzan a ampliar su negocio llegando a todo el territorio nacional. En los años 60, mientras el negocio prosperaba y se hacía fuerte, comienza de forma importante la exportación a diferentes lugares. En la década de los 70 se adquirieron los terrenos para la construcción de la nueva bodega en su emplazamiento actual, en la autovía Madrid – Andalucía. Se instalaron dos embotelladoras, con una capacidad de molturación de 2 millones de kilos de uva y con una capacidad de embotellado de 6.000 botellas / hora. Se incorporaron a la antigua bodega las primeras 500 barricas, de roble americano, para la crianza y conservación de los reservas y grandes reservas.

Un  nuevo modelo de organización.

La organización de la bodega expresa de forma clara el proceso de trabajo. La recepción de uva y vehículos pesados se realiza por la zona posterior a la Autovía de Andalucía realizando allí una primera inspección visual y una obtención de muestras para comprobar el grado alcohólico así como un estudio de parámetros de calidad y peso. En los descargaderos se realiza la entrada de la uva en una zona con capacidad de molturación de 300.000 Kg./ hora La uva es molturada en prensas continuas y neumáticas. El mosto se limpia pasando por un sistema de flotación. Una vez limpio se enfría a través de los intercambiadores de frío desde donde se envía a los depósitos correspondientes.

El área de elaboración y mantenimiento está formada por grandes depósitos de acero inoxidable con una capacidad total de 16.000.000 de litros en los que se produce la fermentación. Por un sistema informático se controla el remontado, llenado y vaciado de depósitos. Después los vinos se almacenan en depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada. La bodega dispone de una capacidad de almacenamiento de unos 80.000.000 de litros en depósitos. Una vez elaborado el vino se procede a su estabilización mediante procesos de trasiego y clarificación. Posteriormente se filtran y se someten a la estabilización para ser almacenados en depósitos isotermos con lo que se eliminan totalmente los microorganismos.

Las zonas de los grandes depósitos de acero inoxidable configuran un espacio singular de grandes dimensiones con carácter industrial, pero con la imagen de la limpieza y de la perfección que aporta el material y la forma de los grandes depósitos. Año a año se han ampliado estas grandes superficies que, en una visión elevada, ofrecen una imagen llena de fuerza dadas las dimensiones del espacio ocupado.

Procesos tradicionales y nuevas tecnologías.

En la actualidad, para la crianza de los vinos, la bodega dispone de una nave de crianza donde se almacenan 25.000 barricas de roble americano y otras 10.000 situadas en dos bodegas exteriores. Estas naves tienen un sistema de control de temperatura y humedad que proporcionan las condiciones adecuadas para el envejecimiento.       Son dos naves longitudinales paralelas recorridas por un puente grúa para el movimiento de las barricas y en las que el protagonista esencial son los contenedores del vino apilados en su interior.

La actual sala de embotellado tiene 5.000 metros cuadrados y dispone de ocho líneas de embotellado y envasado con la posibilidad de producción de 105.000 botellas hora. La sala que constituye un elemento cerrado al exterior está cubierta con una estructura espacial por la que transcurren los conductos de climatización que se confunden con las barras de la estructura. Desde una escalera exterior, que vuela del cuerpo construido se accede a una pasarela superior que recorre la nave en todo su perímetro permitiendo una vista espectacular de esta planta industrial con la presencia de máquinas y cadenas de trabajo que van realizando las tareas de embotellado en sus diversas fases hasta la introducción en cajas y retractilado.

El producto que procede de las líneas de envasado se conduce por electrovías a un almacén inteligente controlado por sistemas informáticos con regulación de temperatura y sistemas robotizados para control de la mercancía hasta uno de los diez muelles de carga. Este espacio es otro gran volumen ciego al exterior en cuyo interior se hacen visibles los estantes numerados y controlados y las salidas al exterior para la carga de camiones que distribuyen la mercancía. El conjunto de la bodega se completa con las áreas de oficinas y para servicios administrativos, comercial e industrial.

Nuevos proyectos que incorporan las nuevas tecnologías a la producción que requiere tiempo y espacios artesanales. En definitiva un camino hacia la calidad, que ha incorporado las más modernas tecnologías para la producción cualificada, acorde con las demandas de nuestro tiempo.