EL SILO DE ALMAGRO IH 29

EL SILO DE ALMAGRO.

Los silos del Servicio Nacional de Agricultura se construyen a partir del final de la guerra civil española para poder suministrar cereales a toda la población. Un control exhaustivo de la producción, almacenamiento y distribución que, con el paso de los años va perdiendo peso asumiendo la necesaria liberalización del sector. Una actividad que lleva a consolidar en nuestro país una extensa red de edificaciones que han quedado como recuerdos de un momento histórico, como hitos en el paisaje y como grandes contenedores de difícil reutilización.

Rehabilitar, rehabitar y reutilizar.

Son grandes contenedores que, con diferentes soluciones técnicas, están formados, en su mayoría, por volúmenes de gran altura donde se almacenaba el grano y algunas edificaciones de menor altura que servían de control, zonas de almacenamiento secundario y oficinas. Por ello su rehabilitación es un tema complejo y difícil, especialmente si queremos mantener la realidad edificada como valor de un patrimonio industrial que merece la pena ser conservado. Probablemente es uno de los casos en los que hay que plantearse si la iteración de elementos aconseja el mantenimiento de todos ellos o de algunos singulares que puedan tener una importancia mayor o determinados valores por su ubicación o por la actividad que desarrollaron en su momento. Pero eso sería hablar de políticas culturales amplias y no parece que en estos tiempos esas reflexiones sean posibles.

Lo que si sigue siendo evidente es que la mejor forma de mantener la arquitectura es con el uso de la misma. Por ello rehabilitar es volver a habitar a darle un sentido actual a esas arquitecturas. Siempre manteniendo aquellos valores históricos que nos hacen querer conservar esos bienes como sociedad. Los grandes silos utilizados en otros tiempos como almacenes de grano tienen difícil utilidad en nuestra sociedad actual. Pero partiendo de esta concepción de almacenamiento podríamos encontrar soluciones para nuevas funciones acordes con su realidad construida.

Las importantes necesidades de almacenamiento de información que tienen las administraciones que siguen conservando y generando cantidades ingentes de papel serían buenas oportunidades. Una estructura de estantería industrial en el interior de estas construcciones con accesos mecánicos permitiría dar un nuevo sentido de almacenamiento a estos grandes contenedores. Una solución a experimentar y a proponer en alguno de ellos y que permitiría, con una actuación económica y sencilla, rehabitar esos espacios sin alterar su arquitectura. Y junto a ello una excelente solución a esos archivos de almacenamiento que tienen un nivel de acceso muy limitado y que conservan materiales de la administración más por razones legales que por sus valores históricos o documentales.

La altura y situaciones de estos elementos los convierte en lugares adecuados para la ubicación de antenas de telefonía, transmisiones de televisión y sistemas de comunicación en general. Son elementos de almacenamiento y transmisión de información que no se llevan mal con estas edificaciones y que pueden ser instrumentos que generen recursos para su conservación y mantenimiento. Muchos de estos silos tienen espacios de menores dimensiones en sus partes elevadas que podrían ser buenos espacios para el mantenimiento y conservación de estas infraestructuras.

El Silo de Almagro.

Almagro, ciudad con una estructura urbana y monumental singular en el espacio declarado conjunto histórico tiene en una zona exterior uno de estos silos. Un almacenamiento de grano en una zona libre para el acceso del producto, cercana también a la línea del ferrocarril para su posterior distribución. Un proyecto de fecha ya avanzada (1980) y del tipo E. Y opta por su recuperación para actividades culturales. Una opción atractiva e interesante que abre el camino de actividades musicales, reuniones y celebraciones. Y lo hace en la zona de más fácil accesibilidad creando allí espacios culturales para una nueva dinámica de la población.

Es una buena forma de mantener viva esta gran estructura industrial que es también un referente en el paisaje de la ciudad. Porque los silos, con sus grandes alturas y volúmenes construidos se convierten en elementos que identifican el paisaje de determinados territorios. En Almagro su posición fuera de la ciudad histórica, en una posición ligeramente distante permite entender ese paisaje como elemento diferenciador y aportación de otro momento, también historia de la ciudad.

La piel redefinida.

Pero junto a esta utilización práctica y funcional, en Almagro se adopta una segunda decisión importante: la de convertir su volumen exterior en un gran mural que se relacione con la actividad teatral de la ciudad. En Almagro se hace evidente cómo la cultura es capaz de revitalizar, de llenar de actividad una ciudad. El proceso del Festival Internacional con las aportaciones del Estado, de la Junta de Comunidades, de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento de la ciudad es un excelente ejemplo de cómo la cultura es un instrumento de revitalización de la ciudad histórica. De recuperación de edificios históricos, de vida y actividad social y económica y en definitiva de vida ciudadana. Y esa realidad se quiere hacer de  alguna manera presente en el silo de la ciudad.

Laguna que es un buen muralista realiza un conjunto de dibujos que se integran en las diferentes partes del silo celebrando a figuras y acontecimientos del teatro. En este caso lo ha hecho respetando la forma del edificio, adecuándose a las partes en que las grandes pilastras verticales lo dividen. Me gustan más las partes en las que las figuras se integran entre las pilastras de las paredes del silo.

Actuación singular.

Una actuación que le confiere un nuevo sentido al edificio y que como propuesta singular tiene el valor de recuperar los valores culturales de esta edificación. Y digo actuación singular porque tiene sus valores también en ser una actuación con valores individuales que no deberían entenderse como repetibles. Fisac construyó una casa en Almagro con una fachada singular que envejece con el paso de los años de forma espléndida y se entiende aún mejor con el hormigón blanco adquiriendo el color del tiempo. Pero ¿se imaginan la repetición de fachadas como esta en la ciudad? Su valor y su peculiaridad la hacen ser elementos no repetibles. El silo de Almagro debe adquirir ese carácter de actuación singular y no pretender se ejemplo a repetir en otras muchas localidades. Hay muchos caminos a investigar y proponer en estas rehabilitaciones.

La rehabilitación del silo de Almagro es un buen camino de recuperación de una arquitectura industrial con múltiples significaciones, culturales sociales y de paisaje urbano. Elementos que, en su abandono, se van deteriorando a ritmos acelerados en muchas poblaciones de nuestra provincia. Una propuesta de recuperación positiva que lo hace sobre un patrimonio más cercano, realidad de nuestra cultura y nuestra economía de hace pocas décadas.