CR6 EL VINO Y EL FERROCARRIL. 100 AÑOS CR

CIUDAD REAL LAURENT grande

UN SIGLO DE COMERCIO EN CIUDAD REAL (2).

            Comenzaba el domingo pasado comentando el libro que ha publicado la Cámara de Comercio de Ciudad Real en la celebración de su centenario. Un libro que en su segunda parte analiza los elementos que han conformado en gran medida el comercio de nuestra provincia. Recorridos por la historia del último siglo, por su evolución económica de la provincia , y en especial del sector agrícola. En esos análisis queda claro que uno de los sectores prioritarios de la economía provincial es el del sector vitivinícola.

Una provincia con vocación vitivinícola.

            Por eso uno de los artículos que escribo para la publicación hace un recorrido por un sector esencial en nuestra economía. Un cultivo que no ha estado siempre en las condiciones actuales en Castilla-La Mancha. A lo largo del siglo XX va ganando en superficie pasando de 360.000 hectáreas en la década de los sesenta a 460.000 en 1970 y llegando a 660.000 en 1975. En estos años se produce la creación de las cooperativas vinícolas y la consolidación de las denominaciones de origen. A partir de 1985 la realidad agrícola cambia con la incorporación de España a Europa en un momento en que se estaba planteando la reforma de la política agraria común.  Junto a ello se produce una adecuación de las superficies que se sitúan en torno a las 450.000 hectáreas. De ellas 180.000 corresponden a la provincia de Ciudad Real.

            A partir de esa importante superficie de cultivo se producen casi siete millones de hectolitros de vino que se acogen a las denominaciones de origen Mancha con 95.000 hectáreas y 81 bodegas acogidas a esa denominación y 29.000 hectáreas acogidas a la denominación Valdepeñas con 23 bodegas que se integran en la denominación. A ello hay que añadir tres denominaciones de pago: Casa del Blanco en Manzanares, Dehesa del Carrizal en Retuerta del Bullaque y Pago Florentino en Malagón.

Y junto a las grandes superficies de cultivo una estructura de bodegas que han evolucionado hacia la calidad de forma notable. Un patrimonio construido con elementos históricos en sus tipologías y soluciones constructivas a valorar y conservar: cuevas singulares, estructuras de madera o metálicas de gran calidad. Un conjunto de edificaciones que han superado su carácter de mera utilidad para convertirse en la imagen de la producción. Cooperativas renovadas con nuevas construcciones e instalaciones y grandes infraestructuras industriales que incorporan las modernas tecnologías del frio y del almacenamiento y distribución. Nuevas arquitecturas de calidad que conviven con las antiguas instalaciones, en una integración con el paisaje del viñedo. Porque el viñedo no sólo define una industria agroalimentaria prioritaria en Castilla-La Mancha, sino que define también un paisaje conformado por el cultivo, por sus instalaciones y sobre todo por los miles de personas que trabajan para conseguir un producto cada día más cualificado.

La minería, paisajes del olvido.

Luis Mansilla estudia la evolución de un sector como la minería que tuvo su auge a finales del siglo XIX y principios del XX pero que comienza una acelerada decadencia después de la primera guerra mundial. Después de la guerra civil española un ligero aumento de la actividad propiciado por el gobierno apenas tuvo efectos significativos. La minería energética del carbón se ha mantenido gracias a las ayudas estatales y a su conversión en explotación a cielo abierto. En Puertollano, junto al carbón, la extracción de las pizarras bituminosas será la base del nacimiento de la gran infraestructura industrial de la ciudad aunque apenas durará una década. La minería metálica tiene su máximo exponente en Almadén con un conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad pero que ha perdido toda su actividad con el paso del tiempo. Minas que se han convertido en paisajes del olvido en momentos en los que la extracción se realizaba en nuestra provincia para dejar el “beneficio” en otros lugares. Una actividad recuerdo de otros tiempos.

El ferrocarril. La innovación.

Junto a las actividades productivas, el trasporte como elemento esencial de la actividad comercial que permite llevar los productos a otros lugares. Inicialmente el ferrocarril en la provincia está relacionado con las concesiones administrativas que enlazan diferentes puntos de la geografía española. La línea Madrid-Zaragoza- Alicante (MZA) establecía un primer recorrido por la provincia a mediados del siglo XIX. La propuesta de unir Alcázar de San Juan con Ciudad Real llegó pocos años después. Una nueva concesión construirá la “directa” que enlazaba con menos Kilómetros Madrid con Ciudad Real. Con estos trazados se continuarán las líneas hacia el Oeste enlazando Ciudad Real con Badajoz y llegando después hasta Portugal. Hacia el sur la línea permitirá un enlace con las provincias andaluzas.

Junto a ello las líneas mineras y las del vino se van consolidando a principios del siglo XX, relacionadas con la actividad comercial de estos dos sectores. Tendrán que pasar años para que se produzcan cambios importantes como la llegada del AVE a finales del siglo XX. Trazados que permiten una actividad comercial de numerosos sectores de la provincia.

Enrique Diez Barra aborda los proyectos innovadores que se han desarrollado en la provincia. Si a lo largo del siglo XX hay experiencias puntuales como la aportación singular de Mónico Sánchez en Piedrabuena, las aportaciones más significativas llegan en el último cuarto de siglo de la mano de la Universidad regional. La Universidad está desarrollando importantes proyectos en sectores agroalimentarios, químicos, del sector de la construcción y energéticos entre otros. Y junto a ello las aportaciones de Centros Tecnológicos como el del metal ubicado en Tomelloso. La Agenda Estratégica nos marca caminos para avanzar en el futuro en los sectores de la alimentación, química, manufacturas metálicas, energía y agua y programación y otras consultorías informáticas.

Actividad exportadora.

El libro termina con un artículo de Patricia Franco que analiza la importancia de la actividad exportadora. Los nuevos sistemas de comunicación y la capacidad emprendedora de determinados sectores ha propiciado la apertura al exterior de nuestras empresas. Una actividad que pasa de 240 millones de euros en 1996 a 1500 en el 2011 lo cual da idea del nivel de desarrollo e importancia de este nuevo factor del comercio provincial. La Cámara de Comercio de Ciudad Real es una de las más activas de la red cameral española en lo que respecta a la internacionalización.

El libro 100 (1912-2012) de la Cámara de Comercio es un análisis de la evolución de la institución. Pero es también un excelente acercamiento a la evolución de la actividad productiva y económica de la provincia con aproximaciones plurales que acaban presentando la imagen de la actividad comercial de nuestra provincia en un siglo de su historia. Merece la pena que estos libros institucionales lleguen a todos los interesados en conocer la realidad económica de nuestra provincia y la publicación es una excelente aportación para ello.