CR 5 UN SIGLO DE COMERCIO EN CIUDAD REAL

 

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UN SIGLO DE COMERCIO EN CIUDAD REAL (1).

            Hace unos días se presentaba el libro 100/1912-2012, La Cámara de Comercio e Industria de Ciudad Real, Cien años de actividad económica en la provincia. Un libro que recoge un siglo de actividad en nuestra provincia, coordinado por Isidro Sánchez y Patricia Franco. Como su doble título indica, en una primera parte se hace un recorrido por la historia de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Ciudad Real desde el Trienio fundacional (1912-1914) hasta el año 2012. Siguiendo los momentos históricos que van marcando situaciones políticas diferenciadas y condiciones económicas y sociales diferentes se hace un recorrido por lo que ha significado la Cámara en cada uno de esos momentos. Una institución que ha ido evolucionando con el tiempo, en la búsqueda de un mejor servicio a sus integrantes y al desarrollo económico de la provincia. Un conjunto de apéndices recogen datos útiles para el seguimiento de la historia: cronología, presidentes, vocales, presencia de las empresas en los municipios de la provincia y relación de empresas por actividad. Un acercamiento que permite un conocimiento no sólo de la institución, sino sobre todo, de la realidad económica y de las actividades comerciales de la provincia de Ciudad Real a lo largo de un siglo.

Cien años de actividad económica. Las trasformaciones agrícolas.

            La segunda parte del libro realiza un acercamiento a una serie de factores que muestran la actividad comercial de la provincia o de aquellos instrumentos necesarios para su desarrollo. En primer lugar Franciso Alía nos sitúa en el momento histórico analizando la realidad de la sociedad manchega entre 1912 y 2012. Un análisis que va dejando constancia de los cambios en la estructura social y económica de la provincia acompañando a los cambios políticos. Una provincia en la que el peso de la agricultura va dejando, poco a poco, paso a una industrialización que supuso la llegada de muchos trabajadores del campo a la ciudad que pasaron de la agricultura al sector industrial. Y junto a ello se va produciendo un cambio de mentalidad social en una población demasiado apegada a la tradición. El artículo va analizando los cambios de cada etapa hasta llegar a la transición y la democracia con la aprobación del Estatuto de Autonomía y la implantación de estructuras como la Universidad o el AVE. La historia que va contando Paco Alía en La sociedad manchega (1912-2012), no es sólo el relato de un conjunto de acontecimientos, sino, sobre todo, de los cambios en la sociedad de esta provincia, en los cambios de mentalidad, de las formas de vida y de su evolución económica.

            Ángel Ramón del Valle se acerca a este siglo de trasformaciones desde el análisis de un sector esencial para la provincia: la agricultura. El crecimiento agrario provincial se produce gracias al uso creciente y extensivo del factor tierra y del factor trabajo en las primeras décadas del siglo. En el primer tercio del siglo XX hay una retención de la mano de obra en el campo y un reforzamiento del sistema cereal. Poco a poco el cereal va dejando lugar a la extensión del viñedo que se beneficia de la implantación del ferrocarril. La Guerra civil supuso un fuerte retroceso agrario que agravó la política agraria del franquismo. Ya a mediados del siglo XX comenzará un proceso de modernización y cambios de cultivo. El viñedo va ganando superficie y en 1982 llega a las 290.000 hectáreas con un aumento de los procesos de mecanización que van mejorando la productividad convirtiendo este cultivo en un eje esencial de la economía agraria provincial. Proceso acompañado por la creación de las cooperativas vinícolas y la consolidación de las denominaciones de origen. A partir de 1985 la realidad agrícola cambia con la incorporación de España a Europa en un momento en que se estaba planteando la reformad e la política agraria común.

Un desarrollo que ha cambiado de acuerdo con las políticas de las PAC en sus diferentes etapas. Si en un primer momento la PAC establecía una dependencia de las rentas agrarias de las subvenciones, la reforma de 2003 incide en otro aspecto esencial como es la necesidad de favorecer un desarrollo rural más integral que incorpore elementos como el turismo, las industrias agroalimentarias, la artesanía y la cultura de las zonas. El título del artículo: 100 años decisivos en la agricultura manchega es un buen resumen de un siglo de desarrollo y cambio en este sector esencial para la provincia.

El comercio y la ciudad. La realidad económica de la provincia.

            José Rivero Serrano hace un acercamiento al comercio que parten de una premisa inicial en esta actividad: el peso del pasado y la ciudad como enclave ideal para su desarrollo. Pepe Rivero parte de la afirmación de que lo que define el carácter urbano de la mayor parte de las ciudades no es la actividad industrial sino la comercial. Una presencia que define el carácter y la evolución de las ciudades y por ello el paso de 1953 establecimientos comerciales censados en 1943 a 9.000 censados en 1963 nos habla de cambios urbanos y evolución de los municipios de nuestra provincia. Una actividad que tiene una rápida evolución y por ello va siendo síntoma del envejecimiento y del cambio en la ciudad. Y una actividad que tiene un reflejo en la necesaria publicidad que acompaña su actividad con carteles, rótulos y todo tipo de producciones gráficas que son también testimonios de una historia de presencias y cambios. Y ello se hace todavía más presente en la realidad física de los establecimientos comerciales, en su configuración y en su decoración, en la forma de presentarse al público. Una actividad del comercio de proximidad que es elemento esencial de la ciudad.

            Miguel Pardo nos vuelve al estudio de la realidad económica de la provincia similar a la del resto de provincias de la comunidad autónoma. Una provincia con un PIB algo inferior a la media regional, pero muy por debajo de la media nacional (entre 21 y 35 puntos). En esta estructura económica la ganadería y la viticultura son rasgos esenciales de su desarrollo económico y de sus potencialidades. La minería, energía e industria han sido sectores impulsores de desarrollos en entornos locales que consolidan estructuras industriales importantes como las que se construyen en Puertollano. Y junto a ello el ferrocarril como motor del desarrollo y que abre posibilidades a su actividad. Ciudad Real a principios de 2012 cuenta con 30.600 empresas, el 24% del total de Castilla-La Mancha en una dinámica similar a la del resto de España.

En este principio de siglo se diferencia dos etapas la que va de 2000 a 2007 y la segunda desde 1008 al 2012. El incremento del tejido empresarial de Ciudad Real en la primera etapa lo impulsan microempresas y autónomos, pero a diferencia de la región, las medianas y grandes empresas han jugado un papel más importante en la provincia. La segunda etapa es la de la crisis y la recesión y entre 2008 y 2012 desaparecen 2411 empresas en Ciudad Real. Una crisis que está afectando de manera similar a toda la región si bien en la provincia tiene especial intensidad en los sectores industrial y de servicios.

Un análisis de la realidad provincial desde diferentes perspectivas que nos presentan un siglo de actividad económica con importantes cambios que nos deben servir de guías para desarrollos futuros.