CR 34 LA CASA DE CULTURA. FISAC

LA CASA DE CULTURA Y EL MUSEO DE MIGUEL FISAC.

La Biblioteca de Ciudad Real del siglo XX ha comenzado su actividad de la mano de Manuel Tolsada Gómez y Francisco Tolsada Picazo. Localizadas en el antiguo Instituto o en la Diputación Provincial han crecido en sus fondos y actividad en la primera mitad del siglo XX. Pero, afortunadamente, las necesidades de espacio van creciendo y por ello se decide la construcción de una Biblioteca de nueva planta en un solar próximo a la catedral. El proyecto de Miguel Fisac que se conserva en el Archivo de la Fundación Fisac es un proyecto cuidadosamente detallado en su desarrollo en los planos, mediciones y presupuesto. Un trabajo fechado en 1957 momento en que ha comenzado su actividad profesional con proyectos significativos como el complejo de Arcas Reales para los dominicos en Valladolid o el de Alcobendas de 1955. En la provincia de Ciudad Real ha proyectado el Instituto Laboral de Daimiel en 1951 y el mercado de la misma población en 1955.

Memoria y programa de necesidades.

La Memoria del proyecto, dentro de la brevedad de estos documentos, en los proyectos de Miguel Fisac nos da referencias importantes sobre su voluntad de diseño del edificio: “Se proyecta la construcción de un edificio para Casa de Cultura en Ciudad Real. Este edificio se sitúa en un solar ubicado en la calle del Prado, frente a la catedral y sus jardines, y resultante de la demolición de algunos edificios que existían con anterioridad.

El programa comprende: biblioteca con depósito de libros, sala general de lectura, sala de especialistas; hemeroteca, despacho del director, salón de actos y despacho de conferenciante; biblioteca infantil; almacén del centro coordinador; sala de exposiciones, archivo y vivienda del conserje.

Este programa se ha desarrollado en dos plantas y un semisótano aprovechando las irregularidades del solar para encajar también, el salón de actos y la sala de exposiciones, quedando el edificio compuesto por un semisótano, en donde se instalan los servicios de archivo, sala de exposiciones y calefacción y carbonera; planta primera, donde se sitúan la sala de tertulias con sus servicios; el salón de actos; la biblioteca infantil; el almacén del centro coordinador y parte de la vivienda del conserje y, en la planta segunda, toda la zona referente a biblioteca y sala de lectura y el resto de la vivienda del conserje”.

El proyecto se ubica en un solar de planta irregular al que Miguel Fisac va a sacar partido ubicando en sus formas irregulares las diferentes dependencias. En el saliente posterior de la zona derecha del mismo se situará el salón de actos y el frente, de forma casi rectangular, va a ir acogiendo los diferentes servicios que en aquel momento se demandaban. Un solar en el que se demuelen unas antiguas construcciones para albergar el nuevo edificio.

La composición y sistemas constructivos.

“Se procura en este edificio unas características técnicas que respondan al momento actual que vivimos, a la situación de nuestra industria, a las posibilidades económicas de nuestro Estado, y a la expresividad que ha de tener un edificio de esta clase. Quizás, por todo esto, a algunos pueda parecer un edificio excesivamente moderno; tal vez, a otros, excesivamente tradicional, ya que se hermanan cosas tan aparentemente dispares como muros de carga encalados, estructura metálica, cubierta de aluminio y carpintería y cerramientos de aluminio anodizado. Sin embargo, la utilización de materiales tradicionales para aquellas funciones que específicamente cumplen mejor que cualquier material actual de   que disponemos, no sólo hace más económica la construcción, sino que nos ayuda, también, a dar un arraigo local al edificio, a la vez que estos otros materiales de que hoy ya podemos disponer nos muestran la localización que, en el espacio, como los anteriores, sino en nuestro tiempo.

Se procura también, con los materiales de que disponemos conseguir algunas funciones técnicas para las que se habían utilizado. Tal es el caso de la disposición del ladrillo a cara vista y en disposición celular como absorbente acústico, ya que no disponemos de un material adecuado de fabricación nacional para este específico contenido. El presupuesto total es de tres millones seiscientas treinta y ocho mil trescientas una peseta con sesenta y cuatro céntimos (3.638.301,64) y el plazo de ejecución de las obras se calcula en doce meses. Madrid enero de 1957”.

            Con esta breve descripción Miguel Fisac explicaba el proyecto de Casa de Cultura de Ciudad Real que, durante años, ha sido centro de actividades culturales de la ciudad. Un edificio que representa una aportación singular de Fisac a la arquitectura del siglo XX en la provincia de Ciudad Real. Un edificio en el que, como Fisac señala, se conjugan tradición y modernidad probablemente obligado por las necesidades económicas y técnicas del momento en que se construye. Un legado de la arquitectura del siglo XX que es una buena muestra de la actividad de un arquitecto español esencial en la construcción de la arquitectura de ese momento.

 La Casa de Cultura como se denomina el edificio acogía las actividades de la propia biblioteca, se pensaba como centro de actividades culturales con su salón de actos y sala de exposiciones y como centro de referencia bibliotecaria provincial. Para ello la distribución del edificio tenía accesos diferenciados que permitían las actividades de forma independiente. Un edificio en el que las transformaciones de décadas posteriores han alterado su realidad construida de forma negativa. Pero un edificio que puede y debe volver a recuperar los elementos esenciales de su proyecto original.

El Museo de Fisac.

Menos conocido, por no haber sido construido, es el proyecto de Museo que Fisac realiza para el solar colindante. “Contiguo al solar en que se está edificando la Casa de la Cultura y con enlace directo con ésta, aprovechando también los servicios de portería y aseos, se ubica este edificio en el solar que quedará libre al demoler unas casuchas, casi derruidas, frente al Paseo del Prado.

              En este solar, y en un patio de las antiguas edificaciones, se encuentran tres magníficos ejemplares de palmera, especie muy rara en esta región… Aprovechando íntegramente el solar existente, pero respetando el retranqueo que tienen las edificaciones actuales, se construye una primera parte de una planta que sirve de entrada y portería, en donde también se podrá instalar una pequeña librería de publicaciones de arte.  A continuación, se organizan dos salas con iluminación lateral, la más grande de las cuales se organiza con una gran escalera central que comunica esta planta con la de sótano y superior”.

              En el alzado desde el paseo del Prado el cuerpo bajo delantero dejaba la vista de las palmeras que destacaban sobre el fondo del edificio de dos plantas que formaba el Museo. La planta del edificio con sus dos laterales ligeramente inclinados respecto del plano de fachada tenía en su centro la caja de escaleras y un espacio libre en todo su perímetro. Un proyecto no construido pero que tiene a su lado la Biblioteca de la ciudad de mediados del siglo pasado que ha sido foco y dinamizador cultural en Ciudad Real durante décadas.