CR 30 LA CÚPULA DE LA CASA DE LA CARIDAD
Los edificios guardan en su interior tesoros de su realidad constructiva, lecciones del momento de sus inicios, reparaciones de épocas posteriores y modelos de ejecución muy interesantes. Por ello, su documentación en el proceso de restauración es importante ya que, ese trabajo permite el acceso a espacios que posteriormente son invisibles, a la vez que ofrecen información necesaria en actuaciones que, lógicamente, se realizarán posteriormente a lo largo del tiempo. Cada restauración es solamente una parte del proceso de mantenimiento y conservación del edificio, de su historia. La estructura interior del edificio de la Casa de la Caridad presenta una buena lección de construcción y de las modificaciones realizadas para su mantenimiento y conservación
En el centro de la construcción, la iglesia de 27 x 12,70 metros tiene una cúpula central de 5,2 metros de radio y dos bóvedas laterales que completan la planta rectangular de la iglesia. Un espacio central del edificio que separaba la zona de hombres y mujeres y que resolvía su cubierta con una interesante estructura de madera. Un espacio en el que las proporciones equilibradas, la modulación de sus elementos y la sobriedad de materiales hacen referencia a un proyecto culto. Un estudio del ingeniero de montes Juan Ignacio Navarrete documentaba minuciosamente la estructura de madera del edificio y guardaba como reliquias muestras de la madera de cada una de las partes analizada en el momento en que se realizaba la rehabilitación del edificio para Rectorado de la UCLM.
La estructura exterior de la cúpula central.
El elemento central de la iglesia sobresale del conjunto del edificio con una estructura de fábrica de ladrillo de planta cuadrada cubierta a cuatro aguas y que sirve inferiormente de apoyo a la cúpula interior del edificio. La cubierta a cuatro aguas está construida con una estructura de madera de pino con cuatro limas de 15×17 cms. que definen las vertientes. Sobre las limas apoyan las cabezas de 16 péndolas (15×17) de las vertientes Este y Oeste y 14 de las vertientes Norte y Sur. En el nudo superior de la unión de las cuatro limas a la testa superior de un pendolón apoyan las cabezas de cuatro pares torales de 15×17 cms, uno por pendiente. Las limas, péndolas y pares están reforzados por tornapuntas que apoyan en los tirantes. Las cabezas inferiores de limas, péndolas y pares apoyan, entalladas en estribos de madera. Sobre los pares y péndolas un tablero de rasilla sirve de base a la teja árabe de la cubierta. Las dimensiones de los elementos son muy generosas con capacidades resistentes mucho mayor de las necesarias. En el momento de la restauración había elementos dañados por la entrada de agua y por carcoma muy extendida, pero debido a esas dimensiones generosas de los elementos no presentaban problemas de estabilidad.
La solera de esta estructura está definida por estribos de madera atirantados y está formada por cuatro tirantes de 30×37 cms. de madera de pino silvestres apoyadas en durmientes sobre los muros perimetrales. Las esquinas se arman con cuadrales de 30×37 cms. y saetas de 28×37 cms. que apoyan en durmientes de 15×12 cms. Los tirantes de la dirección Norte-Sur están reforzados en su cara inferior con tornapuntas y sopandas de 30×30 cms con uniones en inglete. La madera que se pensaba traer de Alcaraz estaba comprometida para los astilleros de Cartagena y por ello será necesaria la intervención de Lorenzana ante el rey para conseguir la madera comprando pinos por valor de 16.250 reales, cuyo coste final con labra y transporte será de 326.269 reales. Madera que, finalmente viene de la zona conquense.
La cúpula.
La cúpula semiesférica es una cúpula encamonada formada por 18 camones de madera que confluyen radialmente en el punto más alto del casquete esférico. Son piezas de 6×30 o de 6×40 en la parte superior. A esta armadura van clavadas por su cara interior tablillas de madera de pino silvestre que llevan enrolladas cordones de esparto (tomiza) que facilitan la adherencia de la escayola de cara vista que conforma, en el interior de la iglesia, la cúpula. Una solución de cúpulas ya ensayada en el barroco que reducía grandemente el peso de las estructuras de piedra y que dado el sistema constructivo genera una estructura flexible, resistente a los movimientos del edificio.
Por el interior de las pechinas bajan unas tornapuntas que colaboran en la estabilidad de la cúpula siendo importantes en la colocación inicial de la misma.
La restauración realizada en su momento limpió toda esta zona con la retirada de grandes cantidades de palomina de su interior, el refuerzo puntual de algunos de sus elementos y el tratamiento general de la madera contra la carcoma. Una actuación que permitió el acceso a este espacio oculto del conjunto y una documentación de esta zona de la construcción normalmente inaccesible.
En el interior de la iglesia se demolieron forjados que habían creado en algún momento una doble altura para almacenamiento y vestuario, manteniendo únicamente la doble altura del coro y recuperando así el volumen general del espacio religioso central en el conjunto construido. Se pintaron las formas de la cúpula y la bóveda marcando ligeramente las formas de las molduras que definen sus elementos. Unas lámparas diseñadas por el arquitecto Ramón Ruiz Valdepeñas y construidas por la empresa Cabanes de Ciudad Real completaban la sobria imagen interior de este espacio central
Las bóvedas.
Las dos bóvedas que completan la iglesia tienen un altura ligeramente inferior que la cúpula central, pero mayor que el conjunto de las naves que conforman el conjunto del edificio. Exteriormente el volumen de la iglesia se hace visible en esta división en tres espacios: el central de la cúpula y los dos laterales de las bóvedas. La cubierta exterior es a cuatro aguas en el centro y a dos aguas en las zonas de las bóvedas.
Las bóvedas Este y Oeste tienen una estructura y conformación similar. Una bóveda que cubre la luz interior de 9,70 metros de cada uno de los lados del espacio de la iglesia en torno a la cúpula central. La bóveda encamonada de escayola cuelga de un conjunto de maderos de pino silvestre que forman las costillas sobre las que van clavadas las tablillas de madera con tomiza enrollada para sostener escayola. Los arcos de las bóvedas tienen su reflejo en la armadura de madera del trasdós.
En los laterales del conjunto edificado, en las naves laterales del edificio, muchas estructuras de madera se habían sustituido por estructuras de hormigón prefabricado reparando así las cubiertas como elemento débil del conjunto construido. El centro de la iglesia es el espacio que ha conservado las estructuras originarias de madera del edificio. La Real Casa de Caridad que fundara Lorenzana guarda en su interior estructuras que corresponden a sus momentos originales y que son un documento esencial del proceso constructivo del momento.