CATEDRALES Y EXPOSICIONES EN CLM

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CATEDRALES Y EXPOSICIONES EN CASTILLA LA MANCHA.

La ”ecclesia cathedralis”, es decir la iglesia de la cátedra es el templo de la silla o cátedra episcopal, signo visible de la jurisdicción que tiene sobre la diócesis o provincia eclesiástica propia. Las catedrales españolas tienen peculiaridades que las distinguen de las de otros países. El templo catedralicio fue concebido desde sus orígenes como espacio idóneo para un culto solemne y ejemplar, de carácter continuo. Espacios concebidos para la celebración religiosa del cabildo que debe mantener las actividades a lo largo del día con el rezo de las horas litúrgicas. Para este cometido específico la catedral cuenta con un clero propio, el llamado cabildo que mantiene ese culto. Los Cabildos son instituciones creadas en época precarolina tratando de llevar a las catedrales el sistema monacal. Los canónigos aceptaban unas reglas estrictas similares a las de una orden religiosa. Y por ello la catedral es una iglesia episcopal y también una iglesia capitular que tiene también su propio asiento: el coro. Esta doble realidad, dice Pedro Navascués, tiene su traducción arquitectónica en un tipo de iglesia característica e inconfundible que permanece en la historia.

Y por ello tienen grandes espacios con el coro en su posición central que parece limitar la acogida de su recinto y que afortunadamente no se eliminaron con la llegada de la reforma litúrgica. Espacios que han ido acumulando ricos tesoros muebles a lo largo de los siglos: pinturas, mobiliario, ornamentos, piezas para las celebraciones litúrgicas enriquecen estos referentes del patrimonio. El Plan de catedrales, diseñado en su momento por el Ministerio de Cultura, planteó una forma rigurosa de abordar la restauración y conservación de estos grandes edificios. Se trataba de elaborar un Plan Director que describiese la realidad de los mismos, enunciase sus problemas constructivos y de mantenimiento y plantease un proceso de actuación a largo plazo. De esta manera se trataba de actuar de forma ordenada, con una lógica constructiva y de gestión que llevase a buen término las actuaciones que se realizasen en cada edificio.

Si las catedrales han sido edificios y estructuras muy cerradas durante años, en las últimas décadas se ha producido una apertura de sus instituciones y de su propia realidad física que llega a un punto singular con las diferentes exposiciones organizadas en las mismas recientemente.

Catedral de Toledo.

La solución exenta del coro toledano, en el ámbito de la catedral gótica, puede denominarse “modo español” diferente del modelo francés presente en Burgos o León. Torrés Balbás reconocía que la catedral toledana debe mucho al gótico francés, pero hay una clara diferenciación respecto de esas catedrales por lo que Toledo es probablemente la más hispánica de las catedrales castellanas.

La catedral tenía diferentes espacios con acceso limitado y controles restrictivos. En 2014 se abrió al público su sacristía tras la remodelación de este espacio, en el que el protagonista es el cuadro «El Expolio», de El Greco. Dómenicos Theotocópuli pintó «El Expolio» en la misma sacristía donde se expone, en 1587, por encargo del Cabildo catedralicio, y el cuadro ha sido restaurado en los talleres del Museo del Prado. Un discurso museístico estudiado, que comienza en la antesacristía, donde están los lienzos de San Pedro y San Pablo y que da paso a la Sacristía Mayor, presidida por «El Expolio» y está rodeado por la serie del Apostolado de El Greco junto a otras pinturas de este mismo pintor y de Francisco de Goya. En el centro de la sacristía se ha situado una alegórica obra de orfebrería en plata de Lorenzo Vaccaro, que representa los continentes de Europa, África, América y Asia.

En esta restauración también se han tenido en cuenta los frescos de la bóveda de la sacristía, obra de Luca Giordano, que representa la Descensión de la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso, patrón de Toledo. La siguiente sala es la Sacristía del Arzobispo, donde se pueden contemplar obras de Velázquez, Tiziano, Tristán y Juan de Borgoña. El recorrido continúa por la sala de la Virgen María y San Juan Bautista y finaliza con la reservada a Jesucristo, entre las que se reparten lienzos de Caravaggio, Van Dyck, Rafael o Tristán, con el gran lienzo de la crucifixión.

            Un recorrido que enriquece la visita a la catedral y que establece, de forma continuada una exposición de la máxima calidad que se une a la del propio espacio arquitectónico.

Catedral de Cuenca.

            Es una de las contadas catedrales españolas que siguió el modelo francés de proyectar una cabecera profunda para albergar el altar y el coro, como así fue hasta que en el siglo XVI se trasladó la sillería a la nave central siguiendo el modo español. Una catedral con modificaciones y aportaciones de diferentes épocas. Desde la fachada realizada en el siglo XX como restauración de Lampérez, al derrumbarse la antigua, a las vidrieras de artistas contemporáneos o a las restauraciones del arco de Jamette o del claustro, la catedral ha ido incorporando elementos actuales a sus ricos espacios.

            Este año la catedral se ha convertido en un espacio expositivo de singular interés con una triple exposición: la de Ai Weiwei, la de los informalistas y la del centenario de Cervantes. La instalación de Ai Weiwei ocupa el claustro y en las salas capitulares hay un homenaje a algunos de los informalistas como Rafael Canogar, Martín Chirino, Luis Feito, el fotógrafo Juan Barte y Florencio Galindo, comisario además de la exposición junto al poeta Carlos Aganzo. La tercera intervención se sitúa en la nave norte, ocupada por paneles sobre los que se proyectan dibujos de gran formato de Florencio Galindo. Bajo el título de El laberinto del dictador y con iconografía quijotesca, se habla de la necesidad de libertad y de respeto a los derechos humanos en todo el mundo.

Catedral de Siguenza.

 En Siguenza, la exposición “A Tempora” presenta más de trescientas obras seleccionadas por el comisario de la misma, Alfonso Caballero Klink. La muestra quiere retratar la época en la que vivieron Cervantes (1547-1616) y Shakespeare (1562-1616). Esta segunda mitad del siglo XVI y primeros lustros del XVII es una etapa histórica que facilita la configuración de la muestra, prestando atención a los últimos años del reinado de Carlos I, el reinado completo de Felipe II y gran parte del reinado de Felipe III.

La exposición, que  se desarrolla por diferentes espacios de la catedral,  está articulada en torno a 14 apartados: El poder y su imagen, Negro sobre blanco, La botica de San Mateo, Tapicerías, Doménikos, Cervantes, soldado del rey de España, La vida cotidiana en la España de Cervantes, El gabinete del escritor, In principio creavit Deus caelum et terram, Fieles a San Eloy, En olor de santidad, Intercesores, Memento y Gloria. Los ocho primeros se sitúan en el claustro y los seis segundos, en el interior de la catedral.

            Exposiciones que son una buena ocasión de visitar estos edificios singulares de nuestra comunidad, ahora abiertos a nuevos proyectos expositivos.