C2 UTRECH. HISTORIA Y CIUDAD

 

utrech1UTRECH.  HISTORIA Y CIUDAD

            Las ciudades europeas siguen teniendo el encanto y el atractivo de lo urbano que nos es más próximo. Las ciudades americanas, las asiáticas y todavía más las africanas nos resultan demasiado lejanas, aún, a nuestra mentalidad cultural. Los espacios del centro de Europa tienen el encanto de los logros culturales, de la construcción de un espacio urbano accesible, donde es posible la convivencia, donde la escala nos permite el acercamiento civilizado y cordial. Utrecht, en el centro de Holanda es una de esas “ciudades históricas” que tiene todos los ingredientes de aquello que llamamos urbano y que valoramos como logro de nuestra civilización y cultura. Nuestras referencias a esta ciudad proceden de aquel tratado conocido como Paz de Utrecht o Tratados de Utrecht y Rastatt, conjunto de tratados multilaterales firmados por los países que luchaban en la Guerra de Sucesión Española entre los años 1709 y 1724 en esas ciudades de los Países Bajos y Alemania, respectivamente. Es el fin de la guerra que continuó de alguna manera pero que cambió el mapa político de Europa.

Las ciudades europeas nacen con Europa y originan el nacimiento de esta comunidad. Son una de las principales razones de la conformación de Europa como entidad histórica diferenciada, caracterizan su civilización. Utrecht es una ciudad con un trazado medieval que ha crecido hasta alcanzar cerca de los trescientos mil habitantes y que mantiene vivo un centro histórico cualificado y renovado con la presencia de nuevos edificios y una intensa actividad comercial, cultural y turística. Los canales son ahora más complejos que en otras ciudades. Los laterales de estos recorridos del agua tienen un doble nivel. Uno situado cerca del recorrido del agua en el que se situaban los embarcaderos, en otro tiempo, y ahora se han convertido en terrazas de restaurantes, cafeterías y tiendas. Y en el nivel superior otra calle con nuevas ofertas comerciales y de recorrido peatonal que hacen que la ciudad tenga una intensidad de circulación de personas que, sin embargo, se hace agradable al paseo y al recorrido tranquilo.

El tiempo deja su huella en las ciudades, con nuevas construcciones y con destrucciones que surgen de la estupidez humana, sobre todo de la mayor de ellas, que es la guerra. En Utrech la guerra mundial, dejó, en un territorio situado en el medio e la contienda heridas de uno y otro bando. La catedral de la ciudad es objeto de los bombardeos de unos y otros hasta que consiguen derribar parte del edificio. Ahora quedan dos mitades del mismo, el ábside conservado como lugar de culto y la torre del Domo aislada, majestuosa como pieza independiente que ha quedado aislada por la fractura producida por los bombardeos. En el pavimento de la calle se marca ahora la estructura de lo que fue el edificio en otros tiempos, ahora recorrida por peatones y vehículos. Una de las características de la ciudad medieval es que se individualiza y se hace singular adaptándose a las condiciones geográficas y paisajísticas. Y esta ciudad tiene su personalidad propia que la hace reconocible y la individualiza como espacio singular.

            La torre del Domo se yergue sobre la ciudad como elemento de referencia y como pieza clave de su perfil. Las torres ocupaban el territorio y establecían relaciones entre una y otra población en la Edad Media. El territorio ocupado por el hombre permitía ver desde cada ciudad la próxima. Ahora, la torre,  es un referente dentro de la estructura de la ciudad. En este caso una torre de belleza singular con cuerpos equilibrados, zonas opacas y zonas más trasparentes que se alternan para lograr una composición vertical de más de cien metros de altura. Un volumen a través del cual se accede al espacio vacío de lo destruido y que en otros momentos era el edificio catedralicio.

            La historia de la ciudad valora su pasado y su presente. Los turistas acuden en peregrinación reverente a visitar la casa Schroeder de Rietveld construida por el plasticismo holandés e incluida dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Como en la entrada al quirófano los visitantes calzan bolsas de plástico que protegen el suelo de las pisadas de los visitantes. Una pequeña casita al final de una calle de viviendas unifamiliares con sus colores primarios rojo, azul y amarillo que recuerda los esfuerzos y la búsqueda de la arquitectura del siglo XX en el estudio de nuevas formas. Más adelante, en la Universidad los grandes arquitectos holandeses como Koolhaas, Wiel Arets han levantado sus edificios docentes y de investigación en esta ciudad. En el interior de la ciudad histórica los nuevos edificios como el gran centro cultura auditorio de Hertzberguer, son referentes de la actividad cultural de la misma. Instituciones como el ayuntamiento escondido entre antiguas casas ha sido rehabilitado por dos arquitectos españoles. Proyectos de fotografías de revista que se perciben con la humildad en la cercanía de la visita en su simplicidad.

            Y en las numerosas plazas de la ciudad una intensa actividad comercial y turística que demuestra que la ciudad sigue viva, que la historia no se ha convertido, como en otros lugares, en puro escaparate para la visita de los turistas que realizamos fotografías de postal de aquellos espacios congelados, ahora inertes y sin la necesaria actividad humana. Numerosas ciudades europeas se han convertido en museos con fachadas conservadas como escenografías que se presentan como testigos de otras épocas, con interiores vacíos y sin más actividad que la generada por el propio turismo. La ciudad lo es en la medida en la que sigue siendo capaz de acoger la actividad cotidiana. La ciudad histórica puede y debe seguir siendo espacio, esencialmente, de la actividad de las personas que residen allí. Sólo así sigue siendo aquello que representa, un espacio de convivencia y comunicación.

            Utrecht, apenas recogida en las guías turísticas es una ciudad que conserva estos elementos, que ha incorporado la modernidad de una ciudad universitaria renovada en su arquitectura y en sus contenidos, que ha propiciado una intensa actividad comercial y económica y que ofrece en sus trazados cuidados, en su urbanismo replantado por nuevos planes y proyectos la estructura de ciudad que queremos.

DIEGO PERIS SANCHEZ