C 3 COPENHAGUEN. LA CIUDAD DE LOS ESPACIOS COMUNES

copenhague 1

Recientemente se publicaba una clasificación de ciudades europeas con más calidad de vida y entre ellas figuraba Copenhague como la primera de ellas. En estos tiempos de verano me gustaría acercarme a cuatro de estas ciudades tratando de descubrir qué elementos son los que las hacen singulares.

Una gestión municipal de dedicación y saber hacer.

Alcaldes comprometidos con la mejora de la ciudad, trabajando desde sus ideas socialdemócratas por la mejora urbana para sus habitantes han dado un impulso peculiar a la capital danesa. Inversiones en infraestructuras que han mejorado la ciudad: la terminal del aeropuerto renovada, espacios amplios y generosos para recorrer la ciudad en bicicleta, parques urbanos conservados y actualizados… Jens Kramer Mikkelsen, fue alcalde hasta 2004, seguido por  Ritt Bjerregaard y por el actual Frank Jensen. El arquitecto Jan Gehl planteó ya, en los años sesenta, que la tarea de los arquitectos para las ciudades era promover la vida en las calles. “Se trata de algo tan básico como poder encontrarnos los unos con los otros en el espacio público”. Y para ello se ha propiciado la reducción del tráfico en el centro de la ciudad, como clave para crear una ciudad vivible. “Hemos demostrado que al establecer calles peatonales y carriles para bicicletas se puede crear una ciudad agradable en la que permanecer”. Copenhague es una ciudad de bicicletas. Más de la mitad de la gente va en bicicleta a trabajar y todos los niveles sociales se mueven en la bicicleta para actividades laborales o para la vida social. Los ciclistas tienen preferencia y ello ha propiciado que haya sitio para aparcar y que los coches se reduzcan de forma notable.

Las ciudades como proyectos colectivos deben estar dirigidas desde la autoridad común con la clara voluntad e interés común propiciando espacios agradables para el encuentro y la vida en común. Un tráfico con los peatones como prioridad, con un trasporte público de calidad permite una vida mejor y una calidad de sus espacios públicos que se hace palpable en todo el recorrido por la zona central de la ciudad.

Equipamientos comunes.

Y junto a la ciudad pensada para la convivencia y el encuentro de la gente, la ciudad construida como espacio de servicios comunes, como ámbito de la arquitectura pública que cualifica lugares, define espacios singulares y ofrece elementos de atención colectiva. El mar está siempre presente en la ciudad y por ello salir a la zona del estrecho es acercarse a los espacios del agua. Allí en sus dos orillas se asoman elementos que quieren exhibir su arquitectura y aprovecharse de esta ubicación privilegiada. En el margen izquierdo el “diamante negro” una gran pieza de arquitectura contemporánea que alberga la gran biblioteca de la ciudad. Un edificio que en su interior enlaza con la antigua biblioteca histórica. Desde allí, por otra parte, el gran frente acristalado que se asoma al mar tiene unas vistas atractivas en ese gran vestíbulo que asciende al nivel de la antigua Biblioteca. Un ejemplo de la convivencia del patrimonio histórico con la nueva realidad construida. Probablemente el lugar más atractivo del edificio es ese punto en el que la antigua biblioteca conecta con la nueva construcción.

            Edificios que se asoman a este borde del agua como los  dos  dedicados a la arquitectura. El que acoge el Colegio de Arquitectos de nueva planta y otro, el Centro de Arquitectura, un antiguo almacén renovado donde puede uno encontrar libros, ver maquetas, los niños pueden jugar con ellas o construir piezas y elementos dentro de una estructura antigua rehabilitada y dejada al descubierto, en contraste con las modernas exposiciones. Como un gran equipamiento urbano, el gigantesco edificio de la ópera diseñado por Larsen y costeado por un empresario danés, en un entorno excepcional con una actividad intensa aunque la arquitectura no sea su mejor aportación.

La historia conservada y valorada.

Copenhague es una ciudad de historia difícil, de incendios, destrucciones y reconstrucciones. Y probablemente por ello la valoración de su historia se hace de forma especialmente sensible. Una historia visible de forma amplia desde la Torre que nos da una visión global de la ciudad con las torres de sus iglesias que marcan hitos y referencias en diferentes puntos de la ciudad, Cerca de la torre, la gran Sinagoga de 1883 que resistió al nazismo y se mantiene en pie. La estación de ferrocarril centro de actividad diaria frenética conserva sus estructuras de maderas y sus fábricas de ladrillo de gran calidad. La ciudad industrial puede verse en la cervecería de la Carslberg que conserva sus viejas chimeneas, sus trazados urbanos junto a sus tecnológicas instalaciones renovadas interiormente.

La zona de los palacios conserva sus edificios históricos con sus espacios regios, sus recintos ajardinados, sus perspectivas clásicas y entornos de una calidad  paisajística singular. . Los palacios de Cristián VII, los de Cristián VIII y Cristián IX o el de Federico VIII muestran el empeño de cada uno de los reyes en construirse su propio espacio de residencia y ostentación. En uno de los ejes de esta ciudad de los reyes, está la iglesia de Mármol con una espectacular cúpula iniciada en tiempos del monarca Federico VIII pero que no se terminaba por falta de presupuesto hasta que un industrial decidió costear la obra en 1894. Al lado hay una pequeña iglesia ortodoxa, la iglesia Alexandr Nevsky construida también a finales del XIX. Espacios donde en pequeñas dosis se introduce la modernidad como en el contacto con la nueva biblioteca o en el pequeño museo judío. Los testimonios de la vida judía en la ciudad se conservan en el pequeño Museo que ha diseñado el arquitecto judío Libeskind con sus formas inclinadas de madera dentro del gran edificio de ladrillo donde se exhiben las pequeñas piezas de la vida y la cultura judía. Y junto a las obras del patrimonio histórico la nueva arquitectura ya parte esencial de su historia también. La obra de Jacobsen conserva el rigor y la calidad de las obras exquisitas que se diluyen en la nueva ciudad de las imágenes aceleradas. Obras repartidas por la ciudad que son prueba de la calidad del diseño y del cuidado exquisito de las nuevas actuaciones del diseño danés que va desde la arquitectura a los objetos más sencillos de la vida cotidiana.

El desarrollo nuevo de la ciudad, en áreas de nuevo crecimiento, está pensado con una amplitud de espacios y tratamientos que nos permiten conocer la nueva imagen de un urbanismo peculiar. En el crecimiento de esta zona el gran edificio para la radio televisión danesa diseñado por Nouvel, o proyectos de viviendas sugerentes como los construidos por BIG o PLOT dos equipos de arquitectura joven renovada y de calidad o los silos renovados para viviendas de los holandeses MVRV. Una arquitectura en la que lo residencial sigue siendo parte esencial y cuidado de la ciudad con espacios exteriores en los que se entiende la función del arquitecto paisajista que siempre aparece junto al arquitecto que proyecta el edificio.

Espacios públicos de calidad, equipamientos comunes para la comunidad y un cuidado de su historia que va desde los edificios antiguos a la arquitectura contemporánea son buenos ingredientes para cualificar una ciudad y en Copenhague está claro que lo consiguen.

 

DIEGO PERIS SÁNCHEZ.