MOMPO EN VILLALBA DE CALATRAVA

Los dominicos han desarrollado sus estudios teológicos con una preocupación constante por la liturgia. Las formas del espacio religioso, de las celebraciones litúrgicas, de los diferentes elementos de esta han sido objeto de sus investigaciones y estudios con la voluntad de acercar la celebración a todos los fieles. Un estudio detallado para lograr que los ritos y sacramentos sean expresiones claras de la realidad teológica que los define.

El padre Couturier dirigía la revista Art d’Eglise que desarrollaba un trabajo intenso para conocer y divulgar las manifestaciones más importantes del arte religioso. El año 1963 se encargaba al español padre Aguilar los contenidos del número 123 con una selección de obras de arquitectura religiosa española especialmente relevantes. La portada era la fotografía de la iglesia de la Coronación de Vitoria de Miguel Fisac. Pero probablemente los mayores elogios se dirigían a las obras del arquitecto Fernández del Amo que recogía en su interior.

José Luis Fernández del Amo.

Estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid obteniendo el título en 1942. Ingresa como arquitecto de Regiones Devastadas, desde ahí, y desde el Instituto Nacional de Colonización, desarrolla los proyectos de pueblos de colonización de San Isidro de Albatera (1953, Alicante), Villalba de Calatrava (1955, Ciudad Real), Vegaviana (1956, Cáceres), El Realengo (1957, pedanía de Crevillente, Alicante), Cañada de Agra (1962, pedanía de Hellín, Albacete), La Vereda (1963, pedanía de Peñaflor, Sevilla), Miraelrío (1964, pedanía de Vilches, Jaén).

Realiza diferentes proyectos de arquitectura religiosa como la iglesia de Nuestra Señora de la Luz (Madrid) la de la Santa Cruz, en Cruz do Incio (Lugo); la de San Antonio de Padua (Lugo); la de Santa Mariña, en Chantada.(Lugo); la de Santa María, en Bayo (La Coruña); y el Centro de Ejercicios Espirituales para las Esclavas del Sagrado Corazón (Madrid) Una arquitectura en la que la sencillez definiendo espacios de celebración religiosa consiguen aunar la moderna arquitectura con los valores litúrgicos del espacio religioso. En la austera parroquia de Nuestra Señora de la Luz, la luz cobra una significación especial, de manera que los fieles la perciban venida de lo alto, desde la convocatoria en el claustro, en su manifestación natural, donde la mirada encuentra el cielo, hasta la iluminación cenital del templo en su parte central sobre el santuario y en el perímetro de la nave como luz de ambiente, iluminando desde arriba la imagen de la Virgen en un fondo de penumbra para hacer converger la atención hacia el lugar de las celebraciones.

Fernández del Amo y Hernández Mompó

Interesado por las manifestaciones del arte moderno, impulsó la creación del Museo Español de Arte Contemporáneo (actualmente Museo Reina Sofía) que dirige entre 1952 y 1958, en su primera localización en los bajos de la Biblioteca Nacional, convirtiéndolo en lugar de encuentro para los movimientos vanguardistas de la España de la época. Y en sus obras consigue la aportación y la presencia de algunos de estos artistas confiriendo así un valor añadido a su arquitectura. En Ciudad Real, Hernández Mompó va a ser el protagonista de la fachada de su iglesia y Pablo Serrano el del retablo de la misma.

Manuel Hernández Mompó nacido en Valencia en 1927 falleció en Madrid, en 1992. Desde muy joven asiste a la Escuela de Artes y Oficios de Valencia y en 1943 comenzó oficialmente sus estudios, obteniendo en 1948 una beca para la Residencia de Pintores de Granada. Realizó su primera exposición individual en la Galería Mateu de Valencia en 1951. El año 1954 se trasladó a París y posteriormente viajará a la Academia Española de Bellas Artes de Roma y a Holanda. Su obra, quiere interpretar paisajes y temas urbanos, y se va haciendo cada vez más libre influenciada por las corrientes abstractas y el informalismo. Fue una de las más destacadas figuras de la generación española de los años cincuenta vinculada a la abstracción. Sin pertenecer a ningún grupo ni adscribirse a ningún estilo, sus trabajos en el ámbito de la figuración evolucionaron hacia el arte abstracto para terminar encontrando un lenguaje propio.

Los murales de Villalba de Calatrava.

En esa etapa joven colabora con Fernández del Amo en la fachada de la iglesia de Villalba de Calatrava. Una composición rectangular de proporciones verticales con dos grandes paños ciegos, blancos en los laterales que enmarcan la composición del mosaico central. Dos cuerpos realizados con líneas de ladrillo verticales y fábricas de mampostería interiores, pintados en color blanco con un remate superior de un pequeño hueco para la campana.   En dos grandes rectángulos de 11×6 metros Mompó desarrolla sus mosaicos, Eran los tiempos en que el artista había recibido una beca de la Juan March para el estudio del mosaico.

El conjunto está realizado con pequeñas teselas de cerámica vidriada y piedras areniscas, calizas, mármoles y granitos. Esta mezcla introduce diferentes acabados en el conjunto subrayando espacios rectangulares de diferentes colores dentro del mismo. La presencia de los elementos pétreos establece un fondo de colores ocres sobre los que destacan las piezas coloreadas de cerámica vidriada. Dibujos y formas de referencias religiosas que van componiendo el gran plano vertical con una unidad de tonos suaves y coloraciones matizadas. Las teselas se colocaban sobe losas de cemento de 50 centímetros que se recibían en el muro con mortero de cal y arena.

Mompó obtuvo en 1984 el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 1992 el Ministerio de Cultura español le concede, a título póstumo, la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

La restauración de 2007.

El año 2007 se llevaba a cabo una restauración del mural de Mompó., dentro del acuerdo de la Diputación con el Obispado de Ciudad Real. Algunas piezas se habían fisurado, otras se habían alterado por su situación a la intemperie, aparecían carbonatos en algunas zonas y la presencia de musgos y suciedad. Como consecuencia de ello algunas teselas habían desaparecido en la zona superior. La patología más importante era la pérdida de teselas o reposición de elementos de forma inadecuada. Una intervención cuidadosa de restauración permitió la recuperación del mosaico.

La iglesia de Villalba ha sido valorada en la actualidad con diferentes reconocimientos. Una obra incluida en el registro Docomomo ibérico que supone una valoración importante dentro del conjunto de la arquitectura religiosa española. El conjunto era declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de conjunto histórico el año 2015. Un urbanismo singular en el que destaca de forma preferente la cerámica de Mompó que reviste la fachada de la iglesia.

DIEGO PERIS SÁNCHEZ.